El Juego del Diario 11/03/2024: Cuidando a Emma
Las últimas semanas han estado calurosas a tal punto de que siento que estoy en llamas. A pesar de no pasar ni 10 minutos en el sol, la piel queda ardiendo como cuando íbamos a la playa en semana santa. Da la sensación de que cada vez el sol está más fuerte. No queda de otra que refugiarse en los cuartos donde hay aires funcionando óptimamente.
Debido a que Mari ahora está un poco más ocupada con la realización de los lazos y los niños a los que da clases privadas, me toca ir a buscar a mi terremota para que su mamá pueda trabajar un poco más cómoda.
Así que me preparé y fui a buscarla. El sol no se apartaba de mi. Me seguía con hostilidad. Si me pongo a pensar, a pesar de que estoy en un estado de desánimo, estar de vuelta en la comunidad me trae algo de paz.
Ya en mi destino, vi a Emma recibirme con emoción. Le di un abrazo y un beso y la cargué. Luego, esperé un momento mientras la arreglaban y después de eso la llevé a casa. Últimamente me está pidiendo que la cargue hasta la casa de mi madre y así lo he hecho, pero mi propio estado de salud me hace agotarme rápido.
Al llegar a casa, Emma saludó a sus abuelos pidiendo la bendición. Nos metimos en el cuarto con aire un rato y le busqué sus coroticos para que jugara un momento mientras yo ingresaba en la plataforma del British Council para seguir avanzando en el curso gratuito que estoy tomando, sobre la enseñanza de la gramática inglesa. Pasados algunos minutos, se aburrió y la puse a ver sus vídeos.
Emma viendo sus vídeos | Cumaná, Venezuela.
Estuve entre prestando atención y echándole un ojo a Emma. A veces se iba a otros lugares de la casa, y yo detrás de ella. Pero, bueno, así pasamos la tarde, hasta que me puse a jugar con ella con sus juguetes. Transcurrió la tarde y se hizo de noche. La llevé antes que se hiciera más tarde y después de un rato, me devolví, concluyendo así mi día.
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