Para mí es un placer compartir, en esta noche de Luna Nueva, mi participación en este miniconcurso propuesto por la Comunidad Latina.

La sugerencia de ir a buscar información sobre la relatividad es válida. Sin embargo, debo decir que amo la física cuántica y la química cuántica. Soy una mujer de ciencia que inspira su vida en la Madre Tierra. Para mí existe la Magia y es esa Magia la que nos permite que existan espacios cuánticos cuando estamos en conexión con el Universo.

Albert Einstein es uno de mis mentores no sólo por ser un gran hombre de ciencia, amante de la paz, sino porque para mí fue un gran filósofo.

Yo asumo la espiritualidad como filosofía de vida y es mi conexión con el Universo la que me da la posibilidad de viajar en el tiempo-espacio. Amo la Química y la Magia. Para mí y para mi compañero de viaje fue una exquisita experiencia realizar un puente energético, donde llegamos a conjugar de tal forma nuestras almas, que logramos la conexión en un puente cuántico. Con esta experiencia de vida puedo decir que sí es posible ser parte de un viaje cuántico que para mí es la materialización de un viaje que está fuera de la temporalidad espacial. Yo asumo los viajes cuánticos como una dinámica energética y debo decir que somos energía y la energía se transforma. Yo asumo toda acción en mi vida como energía que se transforma. La vida es dinámica y esa dinámica energética es la materializa el Milagro de la Vida, sus procesos y cada transformación define un umbral tempo-espacial.

En días pasados escribí un artículo en donde desarrollé mi prosa reflexiva sobre el tema de la Magia. De ese tema quedó una frase que hoy comparto con ustedes: