Tarde Gris.

Las calles que terminan a ninguna parte.Tu sed, mi sed de un buen mañana, abundan en ti y solo auguran una tarde gris. Tus hijos que solo comen, del pan que tu les brindas, si no es asi se matarán; hay que vivir.

Y yo no entiendo donde se escondió aquel futuro, a quién miró.
Lo prometió aquel señor, que como viví, fallece,
mientras en su mente embellece el acto de olvidar el amor.
Las plazas que incorporan ciudades, pudriendo, desmanteladas como si fueran madera,
ya nadie trama qué otra cosa fueran,
es que las vivencias en las segundas son inocentes, y olvidado está el clamor.


Es así que se diluye aquel señor, porque viví, aunque nunca conocí su verdadera intención.
La aglomeración que se difunde en tus venas, van buscando su pan, expresan su sed bajo poco sol.
Hay heridas, hay suturas y los conceptos han cambiado, humillando lo esbozado, es que se encuentra el sentido.


Aunque me crea perdido, la sabiduría se crea brutal, en la intención de hacer cambiar, unas tripas por pernil.
Es tu sangre nuestro fin y que fluya en nuestro espacio, es tu llanto música de algunos, es el acto de inmolarse tu aspecto.
Es el silencio tu voz y es mi espanto tu tos cuando esputas la tarde gris.

Echo mis versos hoy a suerte,
hace tiempo no la hacía, hoy deseo mi alma reviva mientras muere el inherte,
también el enemigo pide suerte, mientras teme tus espasmos recordándose mientras tanto, el potencial que obstruye,
endentando los anillos, un único giro, una sola mirada
una garganta rajada de el gran silencio permitido.

Foto de mi autoría