The diary game: 08/06/2023... Cortesía y Valentía

Hace mucho tiempo que no te tomo entre mis manos, perdóname por dejarte abandonado, a pesar de ser uno de los regalos más significativos cuando lo recibí de las manos de mi papá el día en que dejé la casa de mi crianza para vivir con el hombre que al inicio no le agradaba, pero que ahora, a veces pienso que ama más que a mí ja ja ja.

Abrí el cajón esta mañana y pude comprobar que todavía tus hojas conservan mis estigmas y antiguas confesiones, es que no eres resentido, por eso sé que no borraste ni una letra que dejé sentada tal vez con rabia, con pasión, con alegría, o con infinitas lágrimas por una lección, por una lectura, por una plática, por una previa oración elevada a los Cielos...

Perdóname porque —aunque estás conmigo en el despacho, en un lugar privilegiado—, hoy tampoco escribiré en tu regazo, pero podrás acompañarme mientras ocupo mi portátil para contar una experiencia en el The diary game, bajo el título: 'Cortesía y Valentía'.

Hola, Steemian Diary, sí, así te llamaré. Es la primera vez que escribo en tu caja de publicación, se bueno conmigo, ya te presenté con Alex, él escuchará y leerá todo lo que dentro de ti plasme de ahora en adelante, sin más que agregar, empiezo:

Me levanté temprano, es habitual los días en que la limpieza profunda llega a la casa, estaba agotada solo de ver lo que tenía que hacer, sin embargo, decidí colocar música para poder empezar con la faena de asear, tirar y remover como si se tratara de feng shui: todo en orden para sentir equilibrio.

_{Fuente Pixabay]}

Terminé antes que mi marido, a veces el suele demorar un poco más con la parte que le toca arreglar, pero luego de dejar la escoba y el trapeador en la bodega en donde ponemos los artículos de aseo, se sentó un rato a mi lado para decirme: Te invito a comer fuera de la casa.

¿Aceptar o no aceptar en medio del cansancio?, podíamos pedir algo a domicilio, pero él quería salir. No desprecié su propuesta, me pareció hasta graciosa cuando escuché lo que tenía planeado para los dos luego de visitar a mis suegros. Sí, no recordaba que ellos nos invitaron días antes a comer en su residencia, sin embargo, no acepté solo por compromiso, sino porque deseo siempre aprovechar los momentos de familiaridad.

Pasamos un momento agradable junto a ellos; ya en la vía de regreso a nuestra casa, mi esposo se desvió de la ruta llevándome al lugar que me encanta visitar porque hacen donuts exquisitas: Dunkin', una franquicia estadounidense que tiene varios locales a nivel nacional. Había una fila un poco extensa, nosotros no teníamos afán, igual solo íbamos a pedirlas para degustarlas en el comedor del diario que tiene nuestra casa.

Todo bien, hasta que un muchacho ubicado detrás de nosotros comenzó a exasperarse porque la fila no se despejaba ni un milímetro...

¿Hay necesidad de insultar a los trabajadores exigiendo un servicio óptimo con la excusa de que como clientes tenemos siempre la razón?, ¿la fila avanzaría un milímetro si vociferamos sin necesidad?, creo que no, y mi premisa quedó comprobada porque el resto de personas que también esperaban tampoco estuvieron de acuerdo con ese mal comportamiento por parte de un desesperado sin ni una gota de educación y cortesía.

_{Fuente Pixabay]}

El chico que atendía a los clientes en ningún momento fue ofensivo, a pesar de que con aparente razón otra persona le hubiese contestado de la manera en que ese maleducado se lo merecía. No pasó a mayores porque aquel mal elemento, no un cliente potencial, fue retirado del local. La fila siguió avanzando, y cuando llegó nuestro turno, pedimos las mismas donuts de costumbre.

_{Captura Propia. Iphone.}

En casa nos cambiamos de ropa y luego fuimos a comer las donuts en la cocina; la de mi marido es la rosa (ese glaseado tiene sabor a fresa), y la mía es la azul (ese glaseado tiene sabor a chicle).

_{Captura Propia. Iphone.}

Mientras comíamos, mi esposo y yo nos pusimos a conversar acerca de la situación que vivimos de manera indirecta en el local de Dunkin', y llegamos a la conclusión de que a veces solemos olvidar que todos, independientemente del cargo, del credo, del status, de la nacionalidad, somos humanos, con el mismo color de sangre, con las mismas oportunidades, que merecemos el mismo trato y respeto que estamos dando, y que ser cortés con el semejante jamás nos arrebata la valentía.

Gracias por tu tiempo, Steemian Diary, es todo cuanto puedo por el momento compartir en honor a mi experiencia personal. Puede parecerte extraño que una desconocida escriba entre las múltiples hojas que guardan testimonios fehacientes de que aún tenemos vida, si en caso quieres averiguar sobre mí, te dejo mi Logro 1, el primero que hice cuando renté una habitación en Steemit dentro de la casa llamada blockchain de Steem porque todavía había cupos el momento en que toqué la puerta para entrar.

Sin más que agregar, te agradezco por tu atención y que tengas un excelente fin de semana.

Con cariño,