¡Saludos Cotinícolas, en días de Navidad!

Flyer digital creado con la App PÓSTER DESIGN exclusivamente para éste Post.

Es para mí un gustazo hablar de HALLACAS.

Porque las Hallacas, huelen y saben a Navidad, a encuentro familiar, a reunión. Es un ritual de cocinar con ganas, de cuidar la sazón, los detalles de cada ingrediente, con esmero y dedicación.

Cada familia tiene un estilo distinto, no hay una hallaca que se parezca a otra en cada hogar aunque se haya heredado la receta de generación en generación. Es bonito cuando todos cooperan con trabajo, con su estilo propio, al picar las hortalizas, las carnes, al lavar las hojas, al cortarlas, al amarrarlas, cada miembro con su rol, aporta su esencia al plato.

Es un trabajo en equipo, que pocas veces al año estrecha tantos lazos familiares. Y es que raramente se hace algo con tanta intención, con tal entrega o unión familiar, debido a que el resto del año cada quien tiene sus responsabilidades personales.

A mí me gustan las Hallacas centrales, orientales, las andinas un poco menos, pero hay unas cuantas por ahí que se las traen en lo que se refiere a sazón.

En particular mamá siempre las hace a la tradición colombiana, algo que todas las hermanas heredamos, poner las hortalizas picadas y poner onoto en la masa... garbanzos... ( Jmmm)

Me gustan mis Hallacas. Desde que nos mudamos a nuestra casa, hubo algunos años en los que no pudimos hacerlas, pero también hubo años en los que hasta pudimos producir nuestras propias hojas de plátano y asarlas en una hoguera en el patio. Fue una experiencia buena, pero como novatos, no supimos hacerlo debidamente y nuestra garganta sufrió las consecuencias días más tarde. La humareda es mucha.

Mis hallacas son centrales, las llamo Mis Hallacas Gourmet, porque cada proteína la cocino por separado, el pollo lo hago al Curry, con Laurel, la carne la hago con Tomillo y Albahaca, y el cerdo lo hago al vino en salsa agridulce. La masa la hago con colorante tipo Carmencita y cubitos de pollo o gallina. Le pongo todas las proteínas por todos lados, y muchas pasas, alcaparras y aceitunas. La fusión de sabores es mágica. La masa la extiendo con una cuchara sobre la hoja de forma muy delgada, eso permite que al servirla se sienta muy fina al momento de cortarla. Algo increíble al paladar. Además le pongo pimiento en tiras y cebollas caramelizadas. Oh Lala!

Para finalizar, la hoja la cierro en modo diagonal, como un sobre de carta, ésto no permite que la hoja se rompa.

Este año decidimos no hacerlas, realmente requieren mucho gasto y la situación económica no ayudó. Soy partidaria de hacerlas al 100%, con todo lo que se requiere, si no, no. Además de que el 2022 ha sido realmente cruel para la salud de mi nena, por lo que me siento muy cansada para echarme más carga encima.

Mi madre y mi hermana en España sí pudieron hacerlas y me enviaron unas fotitos que comparto con uds.

Hallacas de mamá 2022. Foto editada para compartirla en este Post.

Mi cena de Navidad del 2021.

Las hallacas venezolanas, son un verdadero privilegio de la cocina familiar, un deleite maravilloso.

Me encantan.

Quiero decirles que deseo que uds puedan hacerlas y disfrutarlas en familia, en calor de hogar, como se merece. Con una buena copa de vino o sangría y una sonrisa, en un ambiente de armonía y paz.

¡Feliz Navidad para todos!

Invito a @minikay @beautiful12 @heedysguevara a participar con este link: https://steemit.com/hive-188619/@alejos7ven/concurso-or-mi-hallaca-ideal

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