The diary game: Viernes 31-01-2025

Querido diario, hoy un día más o un día menos depende de como se mire.

Ya terminó el primer mes del año, demasiado rápido y un poco vacío. No de trabajo ni emociones, pero sí de nuevas experiencias.

Cuando esto sucede intento llenar estos vacíos con mis fotografías porque estas sí son experiencias nuevas, pues jamás hay dos iguales a pesar de hacerlas en los mismos lugares.

---

La primera parte del día fue bastante rutinaria, después de mi aseo personal y de preparar el desayuno tocó salir a hacer la compra para luego preparar el almuerzo.

Justo a las tres de la tarde llegó mi nieta del liceo, ahí comienza la acción.

---

Me dispuse a servirle el almuerzo y de inmediato me dio la noticia de que tenía una receta buenísima de galletas y las quería preparar.
Yo entré en pánico, porque en las tardes hay bastante por hacer y ella debía ir a las clases de ballet a las 6.00 de la tarde y yo a visitar a mi madre a las 5.00.

Me daba cuenta de que los tiempos no cuadraban, así que decidí ayudarla para que le diera tiempo.

---

Solo hice lo que me pedía a ella, le gusta hacer sus postres ella sola. Tiene 12 años y se defiende bien en la cocina. (En eso no se parece a mí)

---

Unos minutos antes de las 5.00 salí corriendo a visitar a mamá, mi esposo me dejó allí mientras mi nieta terminaba las galletas, el abuelo regresó a ayudarla con el horno y a llevarla al ballet.

A mi madre la noté tranquila y contenta. Los momentos que compartimos cada día son de un valor incalculable. Ahí es donde quisiera detener el tiempo y abrazarla muy fuerte. Ella se alegra de verme, pero cada día olvida que me vio.

Cuando salí de visitar a mamá, mi esposo me dio la noticia de que las galletas debían completar su tiempo de horno, ya que tuvieron que apagarlas antes de salir.

¡HORROR! Eso no se hace, regresamos corriendo al apartamento para hornear por 10 min más las galletas con la convicción de que se iban a pasmar.

Me gusta tomar fotografías del atardecer cada día, pero ya no podría acercarme a la playa, así que busque algunos elementos que contrastaran y aproveche la tenue luz de la tarde para hacer algunas fotografías. La tarde estaba preciosa entre naranja y rosa, contrastando con el azul del cielo.

Todo esto me hubiera gustado disfrutarlo con la calma que merece la contemplación de la naturaleza.

Sin embargo, todo sucedió contra reloj, antes de correr a casa a resolver lo de las galletas.

---

La cocina parecía un campo de concentración todo espolvoreado de harina, así que respiré profundo y me puse a limpiar otra vez la cocina.

Saqué las galletas para que ella las decorara a su regreso del ballet.

Al regresar de su actividad, mi nieta disfrutó terminando su obra. Debo confesar que las galletas le quedaron deliciosas.

Me sentía realmente agotada, así que cerré mi día de obligaciones para dedicarme a leer un rato.

Este libro está en idioma catalán, y lo escribió una amiga que pertenece a un grupo literario al cual pertenezco. Me cuesta leer en catalán, pero me gusta el reto para seguir aprendiendo.

Así fue mi último día de enero.