Los que emigraron por un sueño.

Los hijos de mi país emigraron
se fueron en pos de la esperanza de un sueño.
En sus pies sufrieron las huellas
y recorrieron los peligros.
Se fueron sobre los hombros de la esperanza
y volaron tan alto como soñaron.
Se fueron del país en busca de una vida mejor.
Se fueron amigos y familiares.
Muchos se fueron con lágrimas
Muchos se fueron contra su voluntad.
Quisieron volar y experimentar nuevas fronteras.
Se fueron al corazón de un país desconocido.
Se fueron de la patria donde nacieron.
Se fueron con sueños y visiones.
Se fueron con el corazón lleno de esperanza.
Los hijos de mi país se despidieron.
Abrazaron a su madre y se fueron.
Abrazaron a su padre y a sus hermanos y se fueron
Se fueron y en sus pies las huellas.
Todos recordamos a los hijos que emigraron.
Recordamos las voces de esperanza que nos hablaron.
Así un día los hijos de la patria emigraron.

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El tiempo los llenó de más esperanza
Los hijos que se fueron disfrutaron del sueño.
La voz del tiempo cambió.
La voz del sueño renovado ha cambiado.
El polvo de las voces desafiantes se levantó
y los hijos de la patria han sido deportados.
Han regresado bajo el terror y la pesadilla.
Han regresado bajo el trauma de la herida.
Fueron expulsados de la tierra que habían soñado.
Han sido deportados sin piedad y sin esperanza.
Han robado el sueño a los hijos de la patria.
Regresaron frustrados
y los han tratado con palabras hirientes.
Los hijos de la patria ya no sonríen.
Los que habían emigrado
Los que habían soñado
Los mismos que se fueron
hoy son deportados.
Lloramos con ellos por su dolor.
Nos amparamos con ellos en su tristeza.
Los sueños se han ahogado
Las esperanzas se han ahogado
y los hijos de la patria han sido deportados.

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