El día de ayer empezó a las 7:00 am, me levanté temprano y saqué a pasear a mi perrito, debo decir que desde que me levanté no me sentía yo, creo que todos hemos tenido esos días en los que de repente nos da un bajón emocional por alguna situación que estemos pasando o simplemente por la incertidumbre de lo que estamos haciendo. Tuve que salir pero antes desayuné y luego me quedé pensando.

Necesitaba ir al centro a comprar unas cosas, así que eso hice, y no me dediqué a caminar mucho ya que quería irme a casa rápido, por lo que al terminar mis compras me fuí directamente a esperar el bus en la parada y cuando llegó me monté y tarde como 30 min para estar en mi hogar.

Me tocaba hacer el almuerzo con mi hermana, pero debido a que ella estaba trabajando mi mamá me ayudó muchísimo así que hicimos un almuerzo diferente y súper sabroso, empezamos queriendo hacer un pollo sudado y terminamos haciendo un pollo rebosado en harina con ensalada de aguacate jajajaj.

Al terminar de almorzar reposé un rato y me puse a hacer unas cosas que tenía pendiente, pero me sentía muy desanimada así que sólo me recosté en mi cama pensando, creo que me sentía así porque el día anterior me fue fatal en el trabajo y realmente no tenía ganas de hacer nada, ni siquiera publiqué nada en el blog y eso no ayudó.

La tarde transcurrió de manera tranquila gracias a Dios, y en la noche me tocó bajar a casa de mi vecina a trabajar (no pude hacerlo porque el internet estaba fatal), así que me devolví a casa a cenar y al terminar me puse a pensar y a hablar con Dios para pedirle guía y dirección, sé que no todos los días van a ser buenos, y eso no está mal porque la vida no es perfecta, así que tengo que aprender a no dejarme caer porque algunas situaciones no salen como me gustaría. Lo que me alegro la noche fue que mi vecina estaba vendiendo torta y le compré un pedazo.