Gracias por la invitación @franyeligonzalez, me hiciste recordar un evento de mi vida y fue que cuando yo estaba a punto de casarme (y por ende estaba a punto de hacer vida de pareja), Juan Carlos me comentó que a él no le gustaban los árboles navideños (entendí después que fue producto a que su formación religiosa y sus estudios bíblicos se lo dieron los testigos de Jehová) pero yo les dije que a mi si me gustaban.
Pues fíjate que en nuestra primera navidad juntos (me casé en un mes de Octubre) y dos meses después estábamos comprando un árbol grandote para el apartamento en que vivíamos, recuerdo era alquilado, y desde allí ese árbol ha soportado mudanzas, tres niños, un perro y allí sigue.
Si te gustan los árboles cómprate aunque sea uno pequeñito de escritorio y no mates esa persona que en el fondo anhela tener uno.
En la actualidad hay tantas monadas que hasta con una extensión de luces y un pedazo de pared puedes hacer uno.