En las montañas perdidas de la cordillera de los andes, en Chile, al lado de un desierto, se encuentra una peculiar montaña, donde se dice que habitan magos y hechiceros, que los magos tienen allí su centro de reuniones, el cual utilizan una vez al año.

Para finales de enero, es la reunión anual, en ella, se elige una nueva directiva, la cual va a regir los lineamientos por los cuales los magos se deben dejar llevar para ejercer la magia, sin embargo, también se discuten aquellos casos de abusos y se sancionan a aquellos que hayan empleado sus artes para el mal o para beneficio personal.

En esa montaña hay una cantidad de "vigilantes", que son unas formaciones en forma de pirámide, se dice que son magos que han sido sancionados por el tribunal de magos y hechiceros y han sido condenados a estar vigilantes de la montaña mágica por 30, 40 50 y hasta por 100 años. Se dice que cuando algún mago cumple su sentencia, se desvanece su celda y éste es presentado nuevamente al consejo para su incorporación al mundo mágico, so pena cumplida y manifiesto de que se regirá por el código mágico.

Hoy, se han presentado 3 nuevos magos, a los cuales se les ha dado la bienvenida y se les instruye para ser aprendices en la gran escuela de magia de MAGICWORLD, en la cual pasarán 5 años aprendiendo todo lo relacionado con las artes de magia y hechicería.

Hoy también se han presentado varios casos de incorporación, magos que han cumplido sentencia y han solicitado el perdón definitivo y su incorporación al mundo normal, recuperando sus poderes y apegándose a la ley.

El mundo mágico está de júbilo, los aprendices han sido aceptados, los que han cumplido su sentencia han sido perdonados y devuelto a la sociedad mágica, la directiva actual ha sido elegida por segundo año consecutivo así que repite en sus funciones.

Su mensaje es claro: "La magia debe ser tratada con respeto y utilizada para bien más no para beneficios personales, usenla para dar esperanzas, para establecer la fe, para que las personas sigan teniendo motivos para pensar en el bien, para que los niños sigan jugando y tengan ilusiones y fantasías, ya que un mundo sin sueños e ilusiones es un mundo gris.