Nuevo concurso de Escritura y Pintura|| Historias de mi abuelo y su barco el Augusto, por @lita2021, #club5050

Historias de mi abuelo y su barco ⛵El Augusto

El abuelo se sentaba en las rocas observando el mar, algunas veces este se mostraba furioso, y las olas rompían en los corales cerca de las rocas donde le placia sentarse mi abuelo Augusto.

Otras veces, sereno, le invitaba a fumarse como siempre su pipa grande, traída no se de dónde, pero que apreciaba mucho, y se quedaba abstraído en sus pensamientos. Su vista ya no era muy buena, por eso le acompañaba día a día.

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No era que no me gustaba, le amaba mucho, pero mientras el meditaba, yo solía irme a la orilla, chapotear en el agua blanquesina, recoger caracoles, ostras, cangrejos, piedras brillantes, todo lo que me parecía interesante también para coleccionar.

Cuando no hacía eso, mi abuelo me llamaba y me contaba historias increíbles de sus aventuras en el mar, el fue marinero, más bien capitán de un barco. Luchó contra piratas, según decía, con tormentas que unas ocasiones le hicieron naufragar. Pero volvía de nuevo porque era su pasión, el mar, compraba de nuevo un barco y adentraba en el mar en busca de nuevas aventuras.

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Su barco, ah qué barco decía él, me miraba y señalaba a lo lejos en un islote, había un barco anclado que le llamaba la atención, con su gran mástil y hermosas velas que con el sol brillaban y se movían con el viento. Su imagen se reflejaban en el agua cristalina de la bahía, se diferenciaba de otros.

El barco

Este fue su barco ahora restaurado, testigo de grandes aventuras, de peligros en los mares profundos, llevando mercancía a otros puertos, haciendo trueques, buscando tesoros, en fin era su pasión y trabajo, con el había acumulado riquezas.

Cuenta que un día, en otro de sus barcos pero parecido, viajaron varios días con mucha mercancía, de pronto avistaron un barco negro con bandera pirata, pero había una gran tormenta, y el barco parecía que se iba a hundir, las olas eran altas y se doblaban las velas, los marineros maniobraban como podían y él en el timón manteniendo la dirección del barco, afortunadamente, fueron auxiliados por el barco pirata.

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No estaba en los planes de aquel capitán pirata tomar el barco, porque se conocían y en otra ocasión el abuelo les había ayudado, cosas de lealtad entre los marinos decía mi abuelo Augusto.

En otra ocasión, por el viento recio, perdieron unas velas y tuvieron que durar unos días a merced del mar y las olas, llegaron a una isla, dónde pasaron varios días con nativos que ya le conocían, intercambiaron mercancía y luego se fueron.

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Muchísimas historias increíbles, ahora el abuelo, ya no podía viajar, sino en los recuerdos, sus hijos siguieron el camino, mi padre era el capitán, un hombre también admirable, fuerte, aventurero, leal, responsable y con mucho amor a su padre, mi abuelo Augusto.

Un día seré como mi abuelo y mi padre, tendré mi barco, grande y con muchas velas como el de ellos, recorreré los mares, descubriré islas, pelearé con piratas, les venceré, pero siempre también recordaré las enseñanzas de mi abuelo, su rectitud, su fortaleza y su amor al mar, ese mar testigo de sus grandes hazañas.