Mar de la Tempestad: anemoia
Hola a todos.
Esta es la séptima entrega de Mar de la Tempestad.
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Mar de la Tempestad: anemoia
Angela sonrió medio dormida al escuchar la lluvia caer sobre el tejado acompañada segundos después por el olor a petricor. La palabra pereza no era la que necesitaba sino premio o regalo. Veinte días de sol intenso y de experiencias agridulces coronados con pronósticos de nubosidad y enfriamiento del clima.
Esto ocurrió temprano por la mañana. Angela se envolvió aun más en sus sábanas y siguió dormitando hasta las diez. Cuando finalmente se puso de pie, tomó la decisión de no bañarse al instante. Bajó las escaleras, abrió la puerta del balcón y se dispuso a admirar la vista del golfo. Los tonos de gris teñían cada elemento del paisaje.
La madre de Angela decía que le gustaban más los días soleados, pero que era capaz de amar todas las caras que el ambiente tenía para ofrecer.
Muchas veces, Angela sentía una irritación leve a la hora de salir de la casa. La razón: el sol avanzaba en su camino por el cielo brillando con toda su intensidad. Angela deseaba haber nacido en un lugar más frío y con mayor nubosidad. Cada día la realidad de su latitud se imponía y le hacía querer deshacer su insatisfacción por arte de magia.
Con el tiempo, Angela se acostumbró a esperar la temporada de lluvias y agradecer cuando una tormenta tropical tenía lugar, dándole un descanso del sol tropical.
En sus horas libres, Angela se pone a ver videos por internet y últimamente ha encontrado críticos de libros que han notado la tendencia de que ciertos autores hispanos tienen el hábito de ambientar sus historias en Estados Unidos, Canadá y Europa con excepciones de los fanáticos del K-Pop que se atreven a poner a sus personajes en Corea del Sur.
Fuente
La razón por la que los verdaderos orígenes de éstos autores quedan expuestos es porque, tras fingir tanta formalidad extranjera y mantener una imagen no acorde a sus ambientes nativos, los modismos latinos se les escapan de un momento a otro cuando la guardia baja sin que se den cuenta.
Poner a un coreano a decir Ay, madre de Dios o Por la Virgen santísima cuando el cristianismo no es la religión natural de ésas zonas o hacer que un inglés no sea capaz de leer un periódico en ése idioma porque el autor de la obra no lo maneja dejando expuestos a los autores hispanos en su intento de imitar una literatura foránea o fingir que son de otra parte.
En el segundo semestre de su carrera, una profesora que impartía una materia de currículo cuyo nombre Angela no alcanzaba a recordar, les regañó por sus gustos musicales:
—Ustedes no tienen conexión con su lugar de origen —comenzaba, irritante y regañona, como si ella no fuese una traidora también, a su oculta manera—. Escuchan música en otros idiomas menos español y de géneros comerciales. Descargan películas con subtítulos de otros países, se visten como si hiciera frío... Viven en negación.
—Como usted —le increpó José, un compañero de clases muy payaso y parlanchín—: que tiene un rancho en la cabeza y cree que ése es el mejor estilo de vida. Este país están como está por esa mentalidad de rancho.
La profesora no se defendió. José vivía por su zona y él nunca se animó a invitarnos a su casa por que le causaba vergüenza. Sin embargo, siempre que salían de fiesta él no dudaba en proponer sitios a los que ir. En una de esas reuniones, Alexis Pinto, un compañero que rara vez asistía dijo:
—Yo a veces siento que nací en el lugar incorrecto.
—Bienvenido al club —murmuró alguien.
—Hay un término para eso... No lo recuerdo.
—Anemoia —interrumpió Angela—. Es cuando extrañas un lugar o a una persona pero no sabes porqué.
—Es un recuerdo de una vida pasada —completó Irene que hasta entonces en silencio—. Anhelamos cosas que no tenemos, personas que no conocimos y vivimos extrañando cosas que no hemos vivido en esta vida porque ya pasamos por eso.
—Eso explicaría porqué somos unos... —José se puso de pie para imitar el discurso y tono de voz del presidente—¡Traidores a la patria que no quieren ni a su madre!
Todos estallaron en risas.
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Si quieren leer la historia desde el principio, aquí están los enlaces:
Mar de la Tempestad
Mar de la Tempestad: movimiento
Mar de la tempestad: visiones
Mar de la tempestad: ascensión
Mar de la Tempestad: sensación
Mar de la Tempestad: anhelo
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