Te ha pasado que a veces haces planes y de repente nada resulto como pensaste, pero que al final todo salio bien, esta historia es algo de eso, parece que la misma vida nos rescata y nos pone en el lugar en donde debemos estar, aunque antes pensábamos que íbamos por el camino correcto, la mano milagrosa del Altísimo puede rescatarnos y ubicarnos de nuevo en el camino.

María, una joven un tanto distraída pero llena de sueños había terminado hace poco su carrera en matemáticas, José su novio soñaba ya casarse con ella y tener hijos, sin embargo el deseo de conocer de María la llevo a postularse para una maestría en un país vecino con idioma totalmente diferente.

Comenzó ella con los trámites de sus papeles para viajar, pues sabia ella que la prestigiosa universidad aún no le había confirmado su aceptación, pero es que la fe es precisamente eso, continuar con la convicción de que lo alcanzaras, en otro caso hubiese dejado la carrera cuando reprobé aquella materia, pensaba.

José escuchaba con atención sus planes, de cómo al volver podrían casarse, que tendrían dos hijos y de que como podrían ahorrar un poco para esos planes. José escuchaba con atención, pero por dentro se le rompía el alma, no quería separarse de María, temía que al decirle que se quedara, ella pensaría que era un egoísta.

Al poco tiempo, la universidad le envió la carta de aceptación, María no dejaba de saltar de alegría, y José no dejo de llorar a escondidas, se cuestionó él, del por qué no se postuló también, pero había pasado tanto tiempo lejos de su familia para poder ir a estudiar a la capital, deseaba ver a sus hermanos, a sus padres, quería descansar un poco, estaba eso mal?.

Finalmente llego el día, María con su equipaje en el aeropuerto se despedía de sus padres, amigos y con un tierno pero apasionado beso se despidió de José.

Al llegar, después de su no tan corto vuelo, una comisión de la universidad la ubico y pronto se encontraba en la aldea universitaria, fue a una pequeña habitación de paredes blancas con una pequeña cama y una compañera casi siempre ausente.

Por un rato apoyo su cabeza en la almohada cerro los ojos y lloro, temía al futuro, a su decisión, y si no me va bien y finalmente lloro por José.

El grupo de estudiantes en su curso era pequeño, el profesor que parecía otro estudiante, vestía jean y una franela negra con zapatos deportivos, antes su tutor en la licenciatura le había dicho que ese era el estilo de los profesores en otras naciones, pues es muy importante sentirse cómodo, debido a que se pasa mucho tiempo en el recinto universitario.

Desde esa primera clase, María sintió que estaba en el lugar correcto, pronto hizo varios amigos, todos de diferentes naciones, pero con la misma pasión por la geometría, sentía María que aprendía cada día mucho más, trabajo duro, se acostaba muy tarde estudiando para lograr su meta.

Eventualmente, hablaba con sus padres, y con frecuencia quería contarle vía vídeo llamadas sus experiencias a José, que cada vez parecía más distante y menos interesado en escuchar a María, hasta que una tarde le dijo, no me llames más, he conocido a otra persona, me he enamorado y pronto me voy a casar.

No dejo de llorar María y lamentarse, sin embargo la vida se renueva, está llena de dolor, pero también de nuevas sorpresas, no sabía que el amor tocaría su puerta en otra nación, aquel joven profesor, se había interesado en motivarles a investigar, a ver aspectos diferentes, ella había encontrado un refugio en esas teorías tan extrañas para casi todos, se podía encontrar paz en una línea, una superficie o una variedad?, ella había encontrado paz en conceptos, axiomas y teorías, quería a José pero había entendido, que lo que paso era necesario y no tenía miedo de continuar.

La vida le deparo a María y José caminos diferentes, ambos entendieron que el mejor divorcio ocurre en el noviazgo, no fueron los sueños de María los que los separo, sus planes siempre habían sido opuestos, ninguno tuvo el valor de arriesgarse por el otro, pero afortunadamente lo entendieron a tiempo.