Competencia de Escritura: Catástrofe de Cristal

Hoy les comparto mi participación al concurso del amigo @xpilar donde les presentaré una historia basada en su increíble dibujo digital.

El Planeta Tierra había dejado de existir hace 9 años y sólo un grupo poderoso de humanos logró escapar hacia otro lugar habitable: Entre ellos estaba Paul; un niño de 10 años de la realeza.

Paul era el único niño en dicho grupo de personas y el único de la realeza que se salvó de aquella catástrofe. Era muy curioso, tenía ganas de conocer todo el mundo y el espacio exterior, pero no sé le permitía salir con el grupo de astronautas, ya que era peligroso.

Un día Paul estaba muy aburrido y con ganas de explorar, por lo que se las ingenió para colarse en el próximo vuelo hacia el espacio exterior del grupo de astronautas. El conocía la protección que debía llevar y los riesgos, por lo cual se alistó y se escabulló en la parte de equipaje de la nave.

La nave partió y Paul sintió una emoción indescriptible, vió muchos planetas de diversos colores, estrellas, soles, y más. Todo iba bien, nadie sabía que el estaba escondido y que iba disfrutando del viaje. Sin embargo, un asteroide apareció derrepente y golpeó levemente la nave, haciendo que las compuertas del área donde estaba Paul se abrieran y él cayera al vacío.

Los astronautas no le dieron mayor importancia, porque en sus equipajes se encontraba ropa, así que continuaron su viaje sin saber del pobre Paul.

El joven cayó en un planeta de cristal, tuvo suerte que su caída fue en una zona de agua, lo que amortiguó el golpe, aunque su equipo de radio quedó mojado y sin manera de pedir auxilio. Paul caminó por el extraño planeta y quedó maravillado por los grandes y brillantes cristales incrustados en la superficie, olvidando así el dolor de la caída. Tomó sus dos manos y comenzó a halar un pedazo de cristal rosado, y lo obtuvo gloriosamente.

Paul continuó caminando y explorando el lugar, hasta que de una cueva salió una criatura extraña reclamando en un idioma único por el cristal que él había tomado. Hubo un forcejeo entre ambos, hasta que la superficie en la que estaban comenzó a decaer, es decir, el planeta de cristales comenzó a descender.

Paul y la criatura extraña se sujetaron muy bien de las ramas de árboles y gritaban por la caída. Paul no comprendía lo que estaba pasando hasta que la criatura extraña le señalaba desesperadamente el cristal rosado, debido a que al extraerlo del lugar, el planeta dejaba de funcionar.

Paul comprendió, entregó el cristal a la criatura extraña para que la colocase en su lugar de origen. De esta forma, el planeta se estabilizó y comenzó a emerger de las oscuridades del espacio. Paul se disculpó pero la criatura no comprendía su idioma, aunque dejó la agresividad de lado al darse cuenta que tan solo era un niño.

Los astronautas comenzaron a sobrevolar el planeta de cristales, debido a que uno de ellos recordó algo importante que estaba en su equipaje que había caído por el accidente con el asteroide. Paul los vió, hizo señas y logró ser rescatado.

Mientras el niño regresaba a su planeta, veía a la criatura extraña mirarlo de lejos, quien le envió un saludo con su mano. Paul comprendió que no podía tomar algo que no fuese de él, aunque se tratara de la joya más preciada, el cristal pertenecía al planeta.