"LAS HISTORIAS IMPORTAN":... A veces el enemigo está en casa/@aplausos

Cuando me ocurrió esto tenía muy pocos años, debieron ser como 4 o 5 a lo sumo, me enteré que lo que me sucedió no era tan bueno, años mas tarde, casi pre adolescente, nunca se lo comenté a mi familia, por no hacerlos sufrir, la primera persona a quien se lo conté fue a al que ahora es mi esposo cuando nos hicimos novios, muchos años después. Hoy en día lo he narrado muchas veces, a diferentes personas cuando la oportunidad así lo amerita, en esta ocasión me animo hacerlo en esta plataforma, ya que considero que es importante divulgarlo, concebirlo cotidiano para precisamente estar mas atentos y colaborar para que deje de suceder.

(Imagen creada usando Canva)

Fui una niña extremadamente cuidada, diría que algo sobre protegida, especialmente por mis abuelos, esto lo advierto porque en muchas ocasiones no es por descuido sino por excesiva confianza que suceden hechos. A mi casa de entonces asistía una persona muy allegada, un amigo considerado como parte de la familia, como hijo de mi abuelo, en determinados momentos me dejaban por pequeños espacios de tiempo (1 hora no más) a su cuidado y vigilancia. El cometió lo que se denominan “actos lascivos” en mi contra, debo acentuar que no me violó, simplemente me “toqueteó” en lugares que no debía, ocurrió en dos ocasiones, yo en su momento lo recuerdo bien, lo sentía como parte de su afecto, ya que mi familia es sumamente afectiva.

No fue sino hasta años más tarde cuando fui aprendiendo, creciendo alrededor de los 11 años ya estaba en primero de bachillerato cuando comprendí que aquello no eran gestos de cariño, sino otra cosa, en su momento me sentí mal y avergonzada, por otra parte el señor en cuestión había fallecido, así que consideré inútil contarlo, no quería entristecer a mi madre y en especial a mi abuelo. Callé siempre, de verdad no me sentía afectada, cuando conocí a mi esposo se lo conté por vez primera a alguien y lo aprecié como algo liberador. Después de eso si viene al caso o surge la conversación lo comento. Quiero destacar que me ha sorprendido la infinita cantidad de niñas que han sido abusadas, en diferentes niveles, por familiares o amigos muy cercanos, he conocido y he oído de muchas, diría que cientos de ellas.

Considero que dentro de todo fui afortunada pues no hubo violación, además me sentía tan respaldada por el amor filial que poco me impactó emocionalmente, pero eso no lo hace menos difícil, ni autoriza a no hablar sobre ello, ni garantiza que todas las niñas corran la misma suerte. Mi llamado contando “mi historia” es a NO confiar demasiado, a mantener un estricto cuidado y atención en niñas y niños, aun en adolescentes, somos los padres quienes tenemos esa responsabilidad, corrí con suerte y el amor que todo lo puede minimizo este hecho en mi personalidad, no siempre es así…Alerta siempre, sin caer paranoia pero sin perder la brújula del extremo cuidado, a veces el enemigo está en casa.

Invito a participar a: @sene1982 @analealsuarez @flouba