¿Cómo le dices a la vida con palabras que la estás dejando ir? No pensé jamás que algún día llegaría el momento de hacer semejante interrogante, supe que había tomado un alto en mi vida cuando me observe un poco más allá del límite, casi en frontera, fue en ese instante cuando me apeteció culminar con todo, tirarlo a la borda y no continuar; siendo de letras, amando las letras, decidí tomar una pausa, decirle al mundo y al muro que me frenaba que ya no me importaba, que estaba cansada de la rutina y necesitaba tomar un tiempo, respirar y decir con palabras que al intentar soltar a alguien me estaba yendo a la deriva.

¿Era jueves, martes o viernes?, que más daba, el libro asignado en clase lo había leído una y mil veces, después de ver a todos divagando, no soporte más interrogantes, entregue el ensayo en coordinación de literatura y partí, su trasfondo no era algo que me apeteciera debatir, el hacerlo sería como nadar en una piscina redonda sin saber en qué dirección patalear.

Aquel día decidí no salir de casa, pero el café pudo más que cualquier toma de decisiones, pase por esa calle, salude con naturalidad y desaparecí; se me hacia difícil comprender que a veces perder es lo mejor que existe entre muchas opciones, perder nos enseña que el mundo no está hecho a tu talla, mucho menos se va adaptar a ti, ni detenerse porque así lo desees, la vida sigue su curso, transita contigo sigilosamente y lo demás depende de ti, tú decides si luchas por ella o la ves tomar las maletas e irse a ocho horas de distancia.

La alegría, “la supuesta”, se marchó un veinticinco de diciembre a las 10:00AM con una camisa de mangas largas y Jean Basic, estaba ahí, le vi cuando metió la maleta en el coche sonrió y se fue; supe inmediatamente que las palabras de la noche anterior se las llevo el viento. Me recrimine y acuse a mi profesor de lingüística en mi cabeza por esas frases de que <<las palabras no se las lleva el viento; su poder es tan fuerte puesto que salen de un alma para entrar en otra>>, en mi caso fue muy diferente, no comprendía muchas cosas, debe ser que uno de los dos pensó, mientras que el otro se quedó en palabras.
Pensé en muchos autores que decían que el amor duele, te golpea, te cambia, te transforma, te lleva, te trae, te da vida ilusión hasta sueños, así como te da poco te arrebata mucho, a mí solo me dejo palabras, un par de besos e incluso una promesa que nunca vi, en ese momento entendí que el amor no es para todos, que no siempre puedes tener lo que quieres o que te tienes que conformar con lo que hay.

Si lo único que tienes es papelón en el camino, hay que buscar un ingrediente que contrarresté tanta dulzura.
Cuando te acostumbras a ver personas irse y dejar mal sabores de bocas, te vuelves un limón, crees que todos son iguales, es en ese punto cuando te equivocas, no todos son malos, no todo es amargo, a veces hay algo de dulzura, tanto, que hay personas y situaciones que empalagan. Hubiera preferido que me rompieran el corazón, me diera un motivo para llorar, para odiarle, pero me dejo su mejor sonrisa, un beso en los labios, sus mejores palabras e inclusive el aroma de su perfume impregnado en mi ropa, se fue y no dijo adiós, asentí y seguí mi camino.

Entendí que nunca en mi vida había querido algo o a alguien, comprendí que los momentos más intensos o los más reales, pertenecían a las historias de uno u otro autor, conocía de arte, apego, amor, vida, muerte a través de los libros, me dedicaba a analizar tan vivamente que reconocía en los libros la sutileza de poseer y perder, pero en la vida real nunca lo pude ver, era un limón tan ácido, tan amargo, de esos que sin probarlo sabias que tus papilas gustativas iban a reaccionar a aquel sabor tan fuerte. Por un momento te preguntas: — ¿Cómo puede alguien llegar a tu vida?, ¿cómo puedes terminar queriendo o necesitando a alguien, cuando antes de pasar todo lo que paso esa noche nunca lo necesitaste?

En ese punto entiendes que la vida es compleja…

Falta agua

Esa noche quedo contenida en un baúl, los caballeros no parlotean de las mujeres, ni exponen citas románticas, y es que, aunque no pasó nada, lo que sucedió me dejo tan sorprendido como a ella, no pude negarme ni pretendo negar que me gusto lo de anoche, me gusta ella, no obstante, antes de un romance esta mi trabajo.

MUCHAS GRACIAS

Imagen Extraida Pixabay

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