Para mí, el año nuevo significa un momento perfecto para manifestar vivencias/experiencias positivas en la nueva etapa que está por iniciar, a la vez que se despiden las buenas y malas vivencias que se atravesaron en el pasado. Es, por decirlo de alguna forma, una metamorfosis. Los nuevos inicios son perfectos para emprender aquellos proyectos que no se han iniciado, cambiar a hábitos mejores y empezar a trabajar por las cosas que deseamos. Por ejemplo, en mi caso, desde que leí un libro que cambió mi vida, Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos, el 1ro de enero me tomo mi tiempo para escribir las metas y proyectos que deseo cumplir en el año que apenas inicia; doce meses más tarde, el 31 de diciembre, selecciono las metas que logré cumplir y tacho aquellas que lastimosamente no se realizaron, las cuales reaparecen en una nueva lista con el fin de ser cumplidas algún día. De esta forma, me aseguro de recorrer el camino correcto y de empezar a dar los pequeños pasos que pueden llevarme a cumplir mi meta principal. Tengo una carpeta con más de cinco de estas listas y no pueden imaginarse cuánto me han ayudado a ser una mejor persona con el pasar de los tiempos.

_{El libro del que hablo. fuente.}

Otro de los acontecimientos que considero más importantes de esta celebración es la unión de varias ramas de la familia en un solo lugar; por ello, aprovecho de tomar muchas fotos que me ayuden a recordar los momentos de unión para siempre, porque no se sabe cuándo no estarán las personas que amamos o cuándo no estaremos nosotros.

_{Mi outfit del año 2019. Foto de mi propiedad.}