48° CONCURSO 300 PALABRAS. Cuéntame, ¿Te gustan las sorpresas?

  El día de hoy me siento muy complacida por decir presente en una nueva dinámica organizada por nuestro querido amigo @fjjrg en la que, nos invita a dar nuestro punto de vista sobre las sorpresas y, qué tanto nos gusta recibirlas. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La reacción promovida por una sorpresa forma parte de nuestras necesidades fisiológicas y, esta alteración emocional puede ser estimulada de manera positiva o negativa sin embargo, diversos estudios han ratificado que, cuando sorprendemos o nos sorprenden con una acción amena, le abrimos la puerta a un estimulante que favorece el equilibrio de nuestras emociones y el autoestima se mantiene en su nivel adecuado.

  Soy una persona que disfruta al máximo sorprender de manera agradable a las personas porque, para mi esa es una forma de manifestar admiración y cariño por lo tanto, esta particularidad me ha permitido desarrollar el gusto hacia las sorpresas amenas que han tenido conmigo. Les confieso que, me encantan tanto las sorpresas que, cuando las recibo, mi sensibilidad se destila a flor de piel y, le hago saber a la persona que el gesto que tuvieron conmigo, es un gran tesoro al igual que, cuando soy yo la encargada de sorprender, dejo en evidencia que lo hice con mucho cariño porque se merecen la mejor atención del mundo.

  Desde que la memoria me lo permite, sé que no me gustan las fiestas de cumpleaños y debido a esto, mi papá en conjunto con mis tíos me sorprendieron con un viaje en crucero por el Mediterráneo para festejar mis 15 primaveras. Cabe destacar que, ellos me dijeron que realizaría esta aventura el día que salía el vuelo a la ciudad de Caracas porque, para mi, el viaje que haría era para la Colonia Tovar y, ellos me hicieron creer eso para asegurar que mi sorpresa fuera inmensa y vaya que lo fue porque, jamás imaginé que viajaría con otras quinceañeras en el Mediterráneo y, estaría cerca Italia, país que me encanta.

  De la manera más genuina, natural y sencilla que la persona pueda emplear porque, he llegado a la determinación de que lo más valioso que tiene una sorpresa, es el gesto de tomarnos en cuenta para hacernos el agasajo que planean y ya lo que complementa dicha idea, es el valor agregado a la intención de sorprendernos. Aunado a ello, también me gusta que las sorpresas no solo tengan algo de mi sino, un punto en común con esa persona ya que, de esa manera siento que esa sorpresa en todos los ángulos me va a recordar la verdadera esencia que nos unió.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!