Los sueños son magia. Aquella magia nacida de nuestra alma que arde de distintas formas en nuestro interior, y hacen que nuestras emociones bailen sin control. En los sueños hablamos con nosotros mismos utilizando metáforas, historias abstractas y a veces pasajes tan magníficos que mueven nuestra mente consciente a niveles extraordinarios. Allí también hablamos con nuestros demonios, y nuestro yo verdadero, disfrazado de algún personaje irreconocible. Y en momentos clave de nuestra vida, la magia de los sueños aflora en su máximo esplendor; y nos enseña nuestro presente, y un posible futuro a alguno de nuestros destinos.

Como sueño mucho despierto, poco sueño dormido. Siento mis sueños como una vivencia más, y me es difícil olvidarlos.

En ocasiones, he sentido que hubo personas hablandome en los sueños de forma muy indirecta, y puedo contarlos con una mano. Un día, decidí convertir sus palabras en historias palpables... no he terminado ninguna aún, pero no falta mucho para que pase.

Es uno que recuerdo con cariño. El sueño giraba en torno a la cabeza de una muñeca, que en realidad era una joven maldecida por los pecados de sus padres. Para romper dicha maldición debía encontrar a la persona que tenía su mismo pesar, y besarlo antes de que se le agotara el tiempo. Si no lo hacía, se quedaría así por siempre.

Contaba con cien años para encontrarlo. Ella emprendió el viaje por el mundo, manteniendo su fe y esperanzas intactas. Recorrió páramos, caravanas de cirqueros y gitanos, e inclusive se codeó con fantasmas. ¿Cómo lo hizo? Pues ni idea, pero lo hizo xd

Ella termina encontrándole, y convertidos en dos jóvenes adolescentes, caminaron hasta el atardecer hasta desaparecerse en él. Lloré como un niño aquel día.

De aquí salieron las bases para lo que será mi primera obra, la muñeca errante.

Por desgracia o por suerte, no. He querido vivir de nuevo algunas experiencias oníricas, eso sí. A quienes los tengan y no sean muy lindos, un abrazo y una oración para que la paz llegue a sus espíritus.

Compañero, nuestros sueños son una locura, pero no son insignificantes. Mientras más loco sea, más divino es. Ya sea si lo haces despierto, o dormido, nunca desistas del hechizo de soñar. :3