Su anécdota sobre los sacerdotes ejemplifica muy bien cómo la envidia se encuentra hasta en esos entornos en que debe prevalecer la bondad y la humildad de las personas, sin embargo, las pequeñeces humanas florecen también allí.

Es muy común, en la época estudiantil, que los demás sientan envidia ante nuestro buen desempeño. Es tan fuerte que algunos desean que salgamos mal solo para vernos dentro de su mismo rango, ya que muchas veces poco les importa sus calificaciones. En cuanto si existe una envidia positiva, creo que es la misma sana competencia a la que usted se refiere, solo que algunos dicen que se trata de sana envidia... Muchas gracias por su excelente participación, amigo. Saludos.