Elige una palabra, pinta una historia #09

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La piedra es un elemento muy común en la naturaleza; tanto así que en mi tierra cuando se quiere expresar que algo existe en abundancia recurren al símil siguiente: "De eso hay como piedra". Debido a esa profusión, a su diversidad y a su característica dureza, desde tiempos inmemoriales ha funcionado como un gran recurso para la humanidad, tanto para realizar las tareas cotidianas como las trascendentales, así como para que, a través del lenguaje, simbolice eventos positivos y negativos, ya que la piedra, al igual que casi todo en este mundo, puede utilizarse para el bien y para el mal.

"Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia", le dijo Jesús de Nazareth a su apóstol para indicarle, de manera alegórica, que se convertiría en la sólida base de una doctrina que comenzaría a cambiar al mundo para siempre, en el iniciador de una religión que trascendería en el tiempo. Una enorme roca cubría el sepulcro del llamado Hijo del hombre, después que fue crucificado y el desplazamiento de esa piedra que fungía como lápida para dejar abierta su tumba significó para sus seguidores la resurrección, la esperanza de una vida eterna al lado de Dios.

Antes de eso, el israelita David venció con una piedra y una honda al gigante Goliat, el filisteo que tenía amedrentado a su pueblo para dejarnos una lección infinita de valentía, de confianza en sí mismo y, sobre todo, de que nunca es imposible vencer a nuestros más grandes enemigos, mientras utilicemos la inteligencia y las estrategias adecuadas. Y fueron también las piedras con las que sería castigada una mujer adúltera las que les sirvieron al Nazareno para ejemplificarnos la falsa moralidad, nuestras fraudulentas e interesadas convicciones cuando queremos corregir al prójimo sin detenernos a examinar con sensatez nuestro proceder: "El que no tiene pecado que lance la primera piedra".

No solo en los ámbitos bíblicos, por supuesto, se erige la piedra como símbolo de lo bueno y lo malo que podemos encontrar en la existencia; tal como señalamos al principio, es también muy frecuente encontrar en nuestro diario trajinar este elemento ilustrándonos situaciones o eventos que debemos afrontar. Cuando hacemos alusión a "una piedra en el camino", por ejemplo, nos estamos refiriendo a las adversidades, a los obstáculos que se nos presentan durante la ejecución de algún proyecto o simplemente a cualquier contingencia que nos impida continuar avanzando hacia nuestro objetivo. Sin embargo, "un camino empedrado" puede, quizás, sugerir un sendero que se encuentra en muy buen estado, una vía provista de una cubierta que nos permite transitar sin problemas.

"Colocar la primera piedra" en el momento en que se inicia la construcción de una determinada obra significa que es el principio de algo que después se convertirá en realidad para orgullo de sus planificadores y de todos los que resultarán favorecidos una vez terminada. No obstante, "tropezar dos veces con la misma piedra" nos señala que somos torpes, descuidados o que nos empecinamos en una conducta que ya, por experiencia, deberíamos saber que no nos conduce a nada positivo. "Una piedra en el zapato", por otra parte, en su acepción connotativa, significa una incisiva molestia que no nos permite avanzar o un asunto pendiente que no hemos podido resolver; y "ponerle a alguien la piedra" puede señalar, de acuerdo a la región en que se pronuncie, que se le brinda un buen apoyo o que se le crean dificultades para que no pueda evolucionar…

Como podemos observar, son cuantiosas y variadas las expresiones que provienen de este elemento que todos conocemos; por ello intentamos plasmar, a través de este texto, una muestra de los usos más comunes que podemos encontrar sobre la emblemática piedra.

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Invito a los amigos:
@pandora2010,
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