Concurso || La alegría de estar juntos

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La frase "estar juntos" en nuestro país, Venezuela, adquirió durante estos últimos años una emotiva significación, debido a que por causa de la severa crisis económica que todavía persiste entre nosotros, un sinfín de personas nacidas en esta tierra se vio en la necesidad de emigrar, de buscar en naciones extranjeras las oportunidades de un futuro promisorio que no encontraba en su patria. Casi todas las familias sintieron de repente la ausencia de algunos de sus miembros y, en un principio, se sintieron desorientadas con ese vacío, con esa experiencia que no formaba parte de sus costumbres.

Los efectivos medios de comunicación con que contamos en la actualidad remediaron en parte la situación, sin embargo, jamás podrán equipararse esas interrelaciones virtuales con las efusivas manifestaciones de cariño, de amistad y de amor de un pueblo habituado a los fraternales abrazos, a compartir todo cuanto tiene y a celebrar juntos la vida ante cualquier excusa que valga la pena. Si existe un gentilicio que tiene bien claro que los bienes y los éxitos se disfrutan más cuando son compartidos es el venezolano.

Nada nos regocija más en este mundo que ver a la familia completa reunida durante las celebraciones especiales o en cualquier otro momento de alegría. No es extraño, por esa razón, que cuando planificamos reuniones de cierta importancia, nos aseguramos de que cada pariente, por más lejos que se encuentre, reciba su invitación y haga todo lo humanamente posible por asistir. Y esa misma actitud se hace extensiva hacia los buenos amigos, quienes igualmente forman parte de esa constelación de dichosa fraternidad que manifestamos en nuestra cotidianidad.

Por todas esas razones, la separación intempestiva, ocasionada por la emigración de tantas personas que se encuentran entrelazadas a nuestros más arraigados sentimientos, desordenó nuestro itinerario afectivo y una efervescente nostalgia que se acercaba mucho a la tristeza intentó suplantar nuestra proverbial alegría. Para que esto no sucediese, fue necesario aprender que los vínculos sagrados del amor y la amistad no pueden ser desbaratados por la distancia, que emocionalmente continuaremos juntos quienes nos quedamos en el país y aquellos que debieron radicarse en otras tierras.

Ante esta realidad, nos percatamos de que la alegría de estar juntos puede manifestarse con todo su esplendor en el contacto directo con los seres amados que se encuentran dentro del mismo espacio en que nos hallamos y se disfruta también por medio de los dispositivos tecnológicos que nos acercan a esas personas que debieron marcharse, pero que siguen ancladas en nuestros corazones… La unión será siempre una dicha que corrobora la esperanza de estar unidos.

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Invito a los amigos:
@genomil,
@pandora2010 y
@nancy0