Introducción

La Gnoseología o Teoría del conocimiento es la rama de la filosofía que estudia la esencia del conocimiento en general. Teniendo como enfoque la correlación que existe entre el sujeto y el objeto, y la forma en como el sujeto percibe los fenómenos del mundo circundante y sobre la manera en la cual el conocimiento debe ser aprehendido. A través de la historia, grandes filósofos se han situado en distintas posturas, cada una con sus propias características y por ende, diferentes perspectivas que abordan el conocimiento y su verdad o falsedad.

La curiosidad es un rasgo indesligable de la naturaleza del ser humano. Siempre buscando los medios para conocer y distinguir cual es la forma correcta de percibir la realidad. Si esta debe obedecer a la intuición, los sentidos, la experiencia, la objetividad o bien, el sujeto cognoscente se encuentra atado por sus procesos mentales que le impiden ver y percibir correctamente la realidad del mundo, de los fenómenos y por lo tanto, de interpretar acertadamente el conocimiento.

Algunas de las posturas gnoseológicas son las siguientes:

Dogmatismo

La palabra dogma proveniente del griego significa “doctrina fijada”. La postura del Dogmatismo se caracteriza por una carencia en cuanto al problema del conocimiento, pues no existe para el sujeto cognescente un problema respecto al conocimiento o bien, a la relación entre el sujeto y el objeto. Entonces, el objeto se percibe tal y como es porque no hay dudas para el sujeto, su razón y pensamiento están cimentados en una confianza ingenua que no se propone cuestionar por qué son lo que son.

Al no haber un cuestionamiento sobre si la percepción del objeto es correcta, el dogmatismo termina por aprehender dichas percepciones como si fueran verdades absolutas, no se abre a la posibilidad de que los pensamientos y la razón humana estén errados.

Según Johannes Hessen la concepción del dogmatismo, los objetos de la percepción y los objetos del pensamiento nos son dados de la misma manera: directamente en su corporeidad.

Los filósofos de la antigüedad como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Heráclito, Parménides. Cada uno de ellos estableció que alguna clase de elemento era el principio de todas las cosas, siendo el Agua para Tales de Mileto, Anaximandro dijo que era un material primordial que no encajaba con ninguno de los 4 elementos, Anaxímenes decía que todo provenía del aire, para Pitágoras el principio de todo compete a los números, la proporción y ordenación de las cosas, no a los elementos. En el caso de Heráclito, es el “devenir” como si fuera un fuego que va y viene, nada será lo que una vez fue. Finalmente, Parménides sostiene que el principio de todo es un ser, y que este ser es un todo, una unidad compacta que se mantiene en constante reposo.