Ahora bien, lo primero que observamos aquí es el amor de Dios ¿hacia quién? hacia el mundo, por lo tanto, hacia nosotros, pero no se trata de un amor carnal, humano, dependiente e impotente, al contrario, es sobre un amor perfecto que no ve las fallas ni las dificultades, se trata de un amor poderoso que va mucho más allá de nuestro entendimiento, es tan fuerte que, siendo Dios envió a su Único hijo perfecto a morir por humanos imperfectos, debemos observar que en Las Escrituras no dice que su hijo vino a morir por un reducido número de personas o por aquellos que sean perfectos y no se equivoca, nada de ello, este importante aspecto hace énfasis en que *Todos los que creen en Él tienen VIDA ETERNA* Dios no hace acepción de personas, sino que nos amó y ama a todos por igual, es así como a través de este poderoso e incambiante amor nos salvó de la muerte y perdición, por medio de la cruz y ahora nos ha dado una eternidad de vida a su lado, una eternidad en el paraíso luego de que Él nos perfeccione y haga morir este cuerpo terrenal.