El I Concurso de cuentos de hadas consiste fundamentalmente en escribir un contenido versionado en un cuento de hadas.

En este concurso van a poder cambiar las famosas historias de hadas, darles giros más audaces y actuales, escribir finales más inesperados y hasta hacer personajes más interesantes.

Pedrito y la astuta loba.

Pedrito era un niño feliz. Vivía con su padre y la casa de su abuela quedaba cerca. Con cierta frecuencia, el papá mandaba al niño en su carro a llevar frutas y galletas a la abuela.

A él le encantaba visitar a su abuelita y quedarse un buen rato porque su mayor diversión era jugar con ella y escuchar sus historias sobre bosques encantados y dinosaurios. En ocasiones emprendía el regreso un poco tarde y, cuando eso pasaba, su padre lo regañaba; entonces para evitar inconvenientes le puso como norma que visitara a la abuela los fines de semana.

Llegado el sábado, su papá preparó una cesta con comida, galletas y frutas para la abuelita mandando a Pedrito en su carro a llevar la encomienda pero advirtiéndole que no se distrajera en el camino y que regresara temprano; pues se enteró por las noticias que del sanatorio se había escapado una loca peligrosa. La loca podía engañar a cualquiera con su cara de niña inocente pero en realidad era una astuta loba.

El confiado Pedrito iba manejando su carro alegremente pero muy distraído, pensando en lo mucho que extrañaba a su abuelita. Repentinamente se abrió la puerta del carro y la cesta cayó al pavimento. Mientras recogía las frutas que rodaron por el camino, apareció una agradable señora que, en un acto de solidaridad, lo ayudó a meter todo de nuevo en la cesta.

La señora amablemente le recomendó que tomara un atajo para llegar más rápido y que ella lo acompañaría para indicarle el camino. Pedrito confiando en la dulce señora, aceptó tomar el atajo en su compañía.

La abuelita en su casa esperaba ansiosa la llegada de su nieto para llenarlo de amor y compartir una excelente velada de juegos y atenciones. Sin embargo, estaba preocupada porque todavía no llegaba. De pronto, tocaron a la puerta y apresurada se acercó a abrir; era su hijo, el papá de Pedrito, quien por miedo llegó a la casa para asegurarse de que su hijo estaba con la abuela.

El papá del niño le comentó a su mamá que hacía largo rato que Pedrito había salido de su casa. Transcurrieron las horas y Pedrito nunca llegó. Lo buscaron incansablemente pero nada. Ahora su abuela y su papá viven sumergidos en una profunda tristeza con la esperanza de que algún día apareciera.

Sobresaltado despertó en los brazos de su abuela, entretanto su padre esperaba que abriera sus ojos para regresar a casa. Todo fue un sueño.

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Esta es una historia original versionada en el cuento de la Caperucita Roja.

‘Caperucita Roja’ es una historia popular, fruto de la inventiva de no sé sabe quién y transmitida durante siglos de padres a hijos en la vieja Europa. Lo que sí conocemos es que el primero en tomarla prestada para publicarla en un libro de cuentos fue el escritor francés Charles Perrault, en el año 1697.
Junto a la de Perrault, una versión muy conocida de ‘Caperucita Roja’ es la escrita por los hermanos Grimm en 1812, probablemente la más leída en la actualidad. Ésta, más inocente que la anterior, incluye un nuevo personaje, el leñador, y un final feliz, respondiendo al gusto de la época.

Cita de ¿Quién escribió la Caperucita Roja? en Saberia

Les invito a participar en este divertido concurso donde tienes la oportunidad de contar tu cuento favorito con tu propio estilo.

Las fotos pertenecen al albúm personal de la autora de esta publicación y fueron editadas con la herramienta PhotoLab desde un teléfono Samsung J7.