My Kingdom and Death (Esp-Eng)

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El viejo Mike había estado más veces que nadie al borde de la muerte. Así que sus últimos días los pasaba en la cantina bebiendo y mascando sus propios tabacos caseros. Tenía una cara cortada y una gran reputación de hombre de peleas. Nunca abandonaba sus apuestas.
Después de beber unas doce jarras de cerveza medio caliente, le era imposible distinguir más allá de su nariz. Sentía que algo extraño, como si las jodidas parcas estuvieran tensando el hilo de su existir. Así que, como era un tipo brusco, la señora Muerte vino en persona a buscarlo.
Mike sintió la presencia a su lado y ni siquiera dejó de mascar su tabaco.
Te he esperado tanto tiempo que hasta la cerveza ya me aburre.
La Muerte, conocía de sus modales y solo lo miró con curiosidad.
Terminó de tomarse una jarra de cerveza y dijo: ¿Estás lista? Genial, hagámoslo.
¿De qué te arrepientes más? Preguntó la Muerte en tono de intriga.
¿Qué? Es una puta broma.
La Muerte siguió preguntando. ¿Te importa la opinión de los demás ahora? ¿Tienes miedo de que te juzguen?
Billy, gritó fuerte Mike. Póngame un par de cervezas.
El pequeño Billy quedó sin palabras, solo veía a Mike balbuceando solo. Pero se apresuró a cumplir la orden.
Me importa una mierda lo que piensen. Es más, me paro ahora mismo y me agarro a trompadas con todos. El silencio inundó el bar. Se podía percibir la respiración de las moscas.
Si tuvieras un botón que pudieras pulsar para hacerte retroceder 20 años. ¿Qué cambiarías?
Los ojos de Mike, se avivaron. Recordó su infancia. La lluvia cayendo recia, sobre el zinc de la casona. Las lechuzas rasgando la noche. La eternidad de esos momentos que era ligeramente feliz. Y que se habían marchado para siempre. Había tenido una esposa. Un perro que le seguía a todas partes. Recordaba el verde de los girasoles, al instante de florecer. La barriga de su esposa creciendo bajo, la luna, la lluvia...
Solo cambiaría mi vida, por la de ella. Dijo pausadamente antes de terminar la jarra.
Cuéntame sobre las últimas diez compras que has hecho, ¿Tienen importancia ahora? Dijo paladeando la atmósfera La Señora Muerte.
Todos los domingos compraba bombones. Ella amaba los bombones. Sus labios se embarraban de chocolate y eso me asediaba cada noche. Cada domingo era un reencuentro. Sus ojos tan azules. En la inmensidad solíamos amarnos.
¿Qué momentos te vienen a la mente ahora? ¿El tiempo que pasaste con tu jefe en la oficina o el tiempo que pasaste con tu familia? Interrogó la Muerte.
¿Crees que me importan estos putos corruptos? Gruñó.
La piel se le erizaba cada vez que rememoraba a su esposa. Podía congelar el tiempo y abrazarse a su cintura. Sentir las patadas de su hijo. Buscándola en la noche cuando vinieron a prender el fuego a su casa. Había disparado a la cabeza al hijo de mala madre. Luego vino el silencio. La Muerte a llevarse el espíritu de cada ser. Te conozco bien. Dijo Mike soltando espumarajos. Solo esa vez sentí miedo. Por ellos.
¿Sí te llevo entre mis brazos? ¿Quién vendría a visitarte y despedirse?
Estuvo unos minutos mirando al techo. Nadie le echaría de menos. Solo sus cicatrices dibujaban un pasado de desdichas. Algunos amigos ya habían muerto. Así que pidió otra cerveza negra. Acaba de arrancarme el alma. ! ¡Sabes que nadie va a venir!
Una última pregunta antes de irnos: ¿Cómo crees que la gente te recordará? ¿Qué adjetivos podrían utilizar para describirte? ¿Cuánto tiempo crees que tardarán en olvidarte?
¿Recordarme? Me has dado una buena idea.
Sacó su arma y comenzó a disparar.

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Old Mike had been on the verge of death more times than anyone else. So his last days were spent in the saloon drinking and chewing his own homemade cigars. He had a cut face and a great reputation as a fighting man. He never gave up his bets.
After drinking about a dozen mugs of half-hot beer, it was impossible for him to distinguish beyond his nose. He felt something strange, as if the fucking grim reapers were straining the thread of his existence. So, being the brusque type he was, Mrs. Death came in person to fetch him.
Mike felt the presence at his side and didn't even stop chewing his tobacco.
I've waited so long for you that even beer bores me.
Death, knowing his manners, just looked at him curiously.
He finished drinking a mug of beer and said: Are you ready? Great, let's do it.
What do you regret the most? Death asked in a tone of intrigue.
What? It's a fucking joke.
Death continued to ask. Do you care about other people's opinions now? Are you afraid of being judged?
Billy, Mike shouted loudly. Pour me a couple of beers.
Little Billy was speechless, just watching Mike babbling to himself. But he was quick to comply with the order.
I don't give a shit what they think. In fact, I'll stand up right now and beat the shit out of everybody. Silence flooded the bar. You could hear the flies breathing.
If you had a button you could push to take you back 20 years, what would you change?
Mike's eyes flickered. He remembered his childhood. The rain falling hard on the tin roof of the house. The owls hooting in the night. The eternity of those moments when he was slightly happy. And that they were gone forever. He had had a wife. A dog that followed him everywhere. He remembered the green of the sunflowers, the instant they bloomed. His wife's belly growing low, the moon, the rain....
I would only change my life, for hers. He said slowly before finishing the pitcher.
Tell me about the last ten purchases you've made, do they matter now? Mistress Death said, savoring the atmosphere.
Every Sunday she bought chocolates. She loved chocolates. Her lips were smeared with chocolate and it plagued me every night. Every Sunday was a reunion. Her eyes so blue. In the vastness we used to love each other.
What moments come to mind now, the time you spent with your boss at the office or the time you spent with your family? Death asked.
Do you think I care about these corrupt fucks? He snarled.
His skin prickled every time he reminisced about his wife. He could freeze time and hug her waist. Feel his son's kicks. Looking for her in the night when they came to set the fire in their house. He had shot the bad mother's son in the head. Then came the silence. Death to take away the spirit of every being. I know you well. Mike said, foaming at the mouth. Only that time I felt fear. For them.
If I took you in my arms, who would come to visit you and say goodbye?
He stared at the ceiling for a few minutes. No one would miss him. Only his scars drew a past of unhappiness. Some friends had already died. So he ordered another stout. You just ripped my soul out. You know no one is coming!
One last question before we go: How do you think people will remember you? What adjectives might they use to describe you? How long do you think it will take them to forget you?
Remember me? You've given me a good idea.
He pulled out his gun and started shooting.

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