Desde muy pequeña dedicaba gran tiempo de mi día a garabatear cuanta hoja se me atravesara por el camino, recuerdo que mis dibujos tenían historia y que yo era una de las protagonistas, a veces me dibujaba en un gran escenario dando un concierto de rock o viajando a la playa, también recuerdo que mi programa favorito era Art Attack y no me lo perdía.

Desde muy temprano desarrollé una gran fascinación por los animales, siempre tuve mascotas y mi mamá pasaba sustos porque me lanzaba a abrazar a cualquier perro que me pasaba por el frente, sin importar el tamaño. Por supuesto quería ser veterinaria y creo que es algo con lo que siempre voy a fantasear.

Todos los años mis padres me llevaban a la playa y eran mis vacaciones favoritas, nunca le tuve miedo al mar, al contrario, me gustaba jugar a la sirena, me divertían los empujones de las olas y me encantaba descubrir e intentar atrapar a los animalitos marinos.

También me gustaba bailar, siempre me apuntaba a los bailes escolares junto a mis amiguitas y recuerdo disfrutarlo mucho.

Todo lo que era antes lo soy ahora, pero con menos intensidad y con menos valentía, porque la vida adulta me detuvo de golpe, así que recuerdo mi niñez con mucha nostalgia y le agradezco a mis padres por hacerme feliz cada día y, a la niña Sabrina la abrazaría muy fuerte y le diría que no se apresure, que está viviendo los días más plenos de su vida.