Mi día inició pasadas las 8 de la mañana, pasé al baño por mi aseo personal y luego cuando fuí a la cocina mi papá me preguntó si quería desayunar con pescado, inmediatamente dije que si y me dispuse a hacer unas arepas de harina de maíz precocido y una ensalada de tomate, pepino y repollo, aderezada con vinagre, aceite de oliva y sal; para acompañar unas ricas sardinas fritas. Adicional aproveché que mi papá había comprado papelón (panela o piloncillo) y limón, y preparé una refrescante bebida con esos dos ingredientes.

Este día me salté el almuerzo, ya que como a las 11 am empecé a sentir un molesto dolor de cabeza que me obligó a acostarme, cuando me desperté eran las dos de la tarde y no tenía apetito, solo le serví a los niños lo que había preparado mi mamá, pescado frito (lamparosa) , arroz blanco, tajadas de plátano frito y ensalada; comida que acompañaron con papelón con limón que había quedado del desayuno.

A las 5pm fue cuando empecé a sentir hambre y como no tenía ganas de comer lo que habían preparado para el almuerzo, opté por servirme cereal con leche y algo de fruta (cambur y piña). Una comida ligera y sabrosa con la que recuperé energías.

Finalmente para la hora en la que habitualmente ceno; 7 u 8 pm, no tenía apetito, fue como a las 10 pm que sentí la necesidad de comer y como no había pan y no tenía ganas de hacer arepas a esa hora, comí casabe untado con queso guayanés, rodajas de tomate y un ligero toque de aceite de oliva, un bocadillo muy sabroso que hace tiempo no disfrutaba y con el que quede muy satisfecha.