La primera comida de este día corrió por cuenta de mi mamá. Cuando desperté a eso de las 8 am ella ya tenía las arepas montadas en el budare, pasé al baño por mi aseo personal, me vestí y rápidamente fui a la cocina para comérmela aún caliente, le unté margarina, rallé queso blanco para el relleno y me serví una taza de café negro recién colao'. Un desayuno tan sencillo como sabroso”***.

El almuerzo lo elaboró mi papá, carne picada en tiras guisada con cebolla, pimentón rojo y ramas para los adultos y un poquito de carne molida con salchicha para los niños, proteínas que acompañamos con ensalada de papa, zanahoria, remolacha y repollo, aderezada con aceite de oliva, vinagre y sal, y un arroz blanco al que mi papá le agregó los maíces dulces que hace algunos días se me olvidó echarle a la pizza. Una comida “Cargada de Colores y Sabores”.

La merienda fue doble, mientras ayudaba a Mariana con las tareas me comí una ración de la torta marmoleada que hice ayer y me habían dado para llevar, junto a un cafecito caliente. Luego no aguantaba la tentación y me comí el chocolate que que quedaba de los que me regalaron.

Finalmente para lo que sería la última comida del día, nuevamente comimos arepas,pero esta vez de harina de maíz amarillo, las de los niños con margarina y queso, y las de los adultos con berenjena asada de la que hizo mi papá el domingo y queso rallado.