Durante largo tiempo las series de televisión no tenían todo el respeto que se merecía dentro de la industria global del entretenimiento. Durante la época del Star System de Hollywood, cuando a un actor salía en alguna serie de televisión, era sinónimo de que su carrera entro en declive. Las estrellas de cine se negaban a participar en una serie. En la última película de Tarantino “Erase una vez en Hollywood” se refleja ese pensamiento, cuando el personaje de Di Caprio no le queda más remedio que aceptar un papel en televisión.

Todo eso ha cambiado en los días actuales. ¿Pero cuando comenzó ocurrió el cambio? Es difícil colocar una fecha exacta. Pienso que fue una acumulación de factores que ayudaron a que las series obtuvieran la importancia de hoy en día. Ha sido un camino largo y lento en principio.

Hay un elemento que acelero todo el proceso. La masificación de la televisión por cable, fue el punto de quiebre entre las antiguas costumbres del consumidor. Específicamente HBO a quien muchos consideran la que abrió las puertas a la edad de oro de las series. Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, aunque la televisión en abierto también incluyo series de televisión que rompieron con lo tradicional. Por ejemplo la NBC puso en el aire la excelente serie “Hill Street Blues”. Creo que era una serie adelantada a su tiempo. Estaba chico cuando la transmitieron en mi país, pero los domingos a las nueve de la noche la veía.

“No es televisión, es HBO” fue el ingenioso lema que identificarían a la marca. Una nueva época comenzaba. Producciones televisivas que otrora serian consideradas productos menores, fueron conquistando a un público deseoso de ver historias mejor contadas, profundas y con temas que antes no se veían en la pantalla chica. Apostando por producciones propias, dotándolas de mayor presupuesto y otorgando mayor libertad creativa a guionistas, showrunner y directores. Con esa fórmula han transmitido series de increíble calidad.

Para muchos, la serie que inauguro esa nueva edad de oro, fue Los Soprano. Entiendo ese punto. Fue la que logro más alcance mediático. Pero antes de la historia de mi admirado Tony Soprano, el canal privado había estrenado en año 97 la genial serie OZ. Ambientada en una cárcel de alta seguridad, tocaba temas como la corrupción, la violencia, homosexualidad y una crítica al sistema carcelario, especialmente a la pena de muerte. También podíamos aprecian un rasgo que sería común futuros éxitos, los buenos no eran tan buenos y los malos no son tan malos. Todos los personajes tenían sus ángeles y demonios. Para mi OZ, fue realmente quien dio el primer paso dentro de los nuevos paradigmas televisivos.

Los Soprano, Six Feet Under y Deadwood fueron otros tres caballos de batallo de la cadena de televisión para conquistar a una audiencia deseosa de ver calidad. Hay otras, que no terminaron de funcionar. Hay una que yo amaba: Carnivale, ambientada en los años 30, la lucha entre el bien y el mal con una compañía de circo como telón de fondo. Lamentablemente éramos unos pocos los que la veíamos. Por eso la cancelaron. Fue doloroso para mi, era una serie que realmente merecía la pena. Cuando tengas oportunidad, mira sus dos únicas temporadas. ¡No te arrepentirás!

Ahora, los tiempos son otros. Nuevos canales de cable surgieron. Apareció el servicio de streaming. Las series de televisión ahora son tan respetadas como las grandes producciones de cine. Se organizan grandes estrenos. Estrellas de Hollywood ahora le piden a sus agentes que le consigan un pale en una buena serie. ¡Wow! Las vueltas de la vida. ¿Qué dirían una vieja estrella de cine si pudiera ver todo esto? Series como Juego de Tronos manejan presupuestos millonarios que antes solo eran destinados a productos para la pantalla grande. Se contratan directores de renombre para dirigir capítulos. Incluso, algunos crean proyectos propios para la televisión, por ejemplo, David Fincher.

Afirmo que estamos en la mejor era de las series de televisión. Por la calidad que poseen y la gran oferta que tenemos a disposición. Como espectador y consumidor voraz de series, estoy muy satisfecho. ¿Y tú qué opinas?

¡Enciende el dispositivo de tu preferencia y disfruta de la era dorada de la televisión hoy!