En lugar de preguntar porque nos pasan las cosas, preguntate para que. Por @negakire

Preguntarnos “para que…?”, en lugar de “porque…?” puede ayudarnos a tomar consciencia de nuestras acciones, poder modificarla optando por la primera opción tendremos en disposición de aprovechar las oportunidades que nos brinden.

“Para que…?” es una pregunta que pocas veces nos hacemos, cuando en nuestras vida pasan problemas o adversidades que nos impiden avanzar, con mucha frecuencia pensamos que es injusto e inconscientemente nos posicionamos en el rol de víctimas.

Con este tipo de pregunta cómo “porque a mi” y sus respectivas respuestas, poco podemos solucionar, el único resultado que obtenemos en base de pensar de esa menera es que nos anclan en la rumiacion y en un tornado de pensamientos y emociones que terminan desgastándonos.

Quizas es más beneficioso cambiar esa pregunta y empezar a preguntarnos otra “Para que me pasa esto?” normalmente cuando los contratiempos que solemos tener lo tomamos como oportunidad de aprender es distinto porque nuestra base cambia porque decidimos darle sentido.

Desafortunadamente existen enfermedades, accidentes o juegos que son negativos e incontrolables, pero nosotros seguimos teniendo la libertad de decidir que hacemos en como afectarnos.

Cuando nos preguntamos para que, pasamos de ser víctimas a ser estudiante, eso es porque nos permite recuperar el control, recuperar el papel de poder decidir nuestras decisiones, reconocer nuestra libertad por más mal que se esté pasando una situación.

Pongamos un ejemplo, donde una persona ha fallado en el ámbito laboral, tiene estudios, una gran capacidad cognitiva y recursos que podrían haberle llevado al éxito en su área. Sin embargo, se encuentra en casa y en paro desde hace tiempo, esa persona se puede preguntar “Por qué yo? Yo que tanto he estudiado, me he esforzado y que soy inteligente”. “Por qué nadie me llama?” Con este planteamiento, lo más probable es que la persona se termine ahogando en un tornado sin salida y la respuesta a esa pregunta nunca llegará.

En una actitud diferente, la misma persona podría empezar a preguntarse “¿Para qué puedo utilizar esta dificultad?”. Para poder adquirir estrategias de búsqueda más inteligente, para seguir formándome, para pasar más tiempo con mi familia, para viajar… De esta manera, nos pondremos a favor de corriente, dispuestos a buscar y aprovechar oportunidades.

Con este tipo de pregunta “para que” impedimos que nos salgamos de curso en nuestra vidas y no se quede en las manos de la inercia y las circunstancias.

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Formulando la pregunta “para que?” no vamos a poder deshacernos de la responsabilidad sobre lo que nos pasa, incluso teniendo en cuenta que existen infinidades de acontecimientos que se escapan de nuestro control.

En el ejemplo anterior, esta persona podría dejar de buscar el trabajo perfecto para el, podría comenzar por uno que no cumpla del todo sus expectativas, ya que a veces dar el primer paso puede ser lo más difícil para muchos, pero es el único que nos lleva a nuestras metas.

Conocer que acciones pueden llevarnos al futuro a un lugar donde aspiramos es fundamental para empezar la transformación. “si hoy existiera algo que si está bajo nuestro control y podemos empezar a tomar acciones en ese sentido, haslo!... De lo contrario, la vida te va a ayudar.”