Mi día inició muy temprano a las 5:00 am, agradeciendo al Señor por el regalo de un nuevo día, con mi muñequita Bianca y mi tacita de café, que más se puede pedir.

Tengo la responsabilidad de hacer las 3 tortas para la celebración de mi sobrino Lucas , hoy está cumpliendo 10 añitos (que rápido pasa el tiempo). Desde hace días estamos sin gas y tuve que hacerlas en la cocina eléctrica a baño de maría (esto sólo pasa en Venezuela), pero quedaron exquisitas Gracias a Dios.

Al terminar las tortas nos fuimos a la casa de mi mamá, donde era la fiesta de mi sobrino, mi vieja (siempre incansable) estaba arreglando unas verdura para el almuerzo.

El menú de hoy Sopa de Mondongo (comida tradicional de los Llanos Venezolanos), esta sopa se realiza con panza y patas de res, verduras y vegetales al gusto; es una sopa muy grasosa por eso yo no puedo comerla porque tengo problemas con el colesterol, pero a mi familia le encanta.

Mientras está el almuerzo yo aprovecho el tiempo pintando una pancarta para un Conservatorio sobre las Armas Espirituales que vamos a tener en la Iglesia Getsemaní, donde me congrego (el domingo les cuento como me fue)

Después de almuerzo no podía faltar nuestro tradicional juego de dominó, en la foto me acompañan una de mis hermanas, mi cuñado, esposo e hija.

La celebración del Cumpleaños de mi Sobrino Lucas inició a las 4 de la tarde, algo sencillo pero para él fue la mejor fiesta del mundo, eso no tiene precio. Por el Covid, solo se invitó a sus vecinos y demás primitos. Comieron cotufas, tequeños, refrescos y las tortas.

En medio del cumpleaños, mi cuñado recibió la dura noticia que su hermano había muerto de Covid, tenía días muy enfermo y tuvieron que trasladarlo a otra ciudad hoy en la mañana, apenas llegó al Hospital estaba tan mal que tuvieron que entubarlo y murió unas horas después.

Fue doloroso estar allí, de un momento a otro pasamos de celebrar a tener que consolarlo por su pérdida, sobre todo cuando a mi me consta todo el esfuerzo que el hizo para ayudarlo.

LLegamos a nuestra casita a las 7 de la noche, no cenamos, mis hijas estaban satisfechas con lo que comieron en le cumpleaños, y yo me acosté inmediatamente (agotada física y mentalmente) me dormí tempranito, meditando en como puede cambiarnos la vida de un momento a otro, y estás son los acontecimientos que nos llevan a pensar en que debemos valorar los buenos momentos, lo primordial siempre debe ser buscar cada día más de Dios y nuestras familias, porque hoy estamos mañana no sabemos.