Colección de Microrelatos: 3 caminos, un solo mensaje

Tres relatos contados por una sola premisa... ¿Podrás descubrir el mensaje? Espero les gusten estas historias que he forjado con todo mi corazón :-)

1 – La Casa de cristal

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Adornada como diamantes limpios, la casa resplandecía ante los ojos curiosos del mundo. Suspiros y alardes se entremezclaban para adorar aquella pieza forjada de cristal puro. ¿Cómo aquella casa podía ser tan bella? ¿Cómo era que todos la deseaban pero nadie podía tenerla? Tras la cerca de espinas que la resguardaba, las manos se estiraban para tocar lo inalcanzable. Había forcejeos y trifulcas, y las lágrimas se derramaban entre la sangre para formar espesos ríos.

Todos la querían, nadie podía tenerla… Aun así todos se amontonaban para llenar sus ojos de aquellas paredes delgadas besadas por el reflejo de las nubes. El dolor y la admiración fundían los pulmones, y las eternidades recibieron barricadas y barricadas de corazones muertos…

Y la casa seguía allá, limpia, brillante, majestuosa e inmaculada… detrás de la cerca que desprendía la carne de ilusiones de aquellos que no podían tenerla.

2 - ¡No mires!

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En el pueblo de calabazas todos se preguntaban lo mismo:

“¿Qué Traía Pedro en la caja?”

Esa era la razón de vida de los habitantes, porque, de alguna manera u otra Pedro era más feliz que ellos. ¿Cómo era posible si Pedro no tenia casa ni familia ni dinero? Solo tenía esa caja vieja con un contenido desconocido. Además, Pedro era un cretino porque cuando los pueblerinos le preguntaban:

“¿Qué hay en esa caja?”

Él respondía:

“¡No mires!”

Determinados a saber cuál era el secreto de la caja de Pedro, los habitantes del pueblo de las calabazas acordaron un plan para poner fin al misterio que les había causado insomnio por tantos años:

“Hay que envenenarlo” Dijeron todos.

Y fue así como, con una cena de pavo y papas, mandaron al Pobre Pedro a la tumba. Con la caja desprotegida, los habitantes se reunieron en torno al funeral para descubrir su misterioso contenido. Agradecieron a Pedro por su sacrificio, y luego, con los ojos desbordados por la curiosidad, abrieron el cofre de cartón; dentro no había más que un simple papel, en cuyas letras, escritas con carbón, decía:

“¡No mires!”

3- Lo que nunca será

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El árbol estaba podrido, pero Carla estaba convencida de que sus raíces estaban más vivas que nunca.

“¡Vengan a ver este árbol!” Decía Carla “¡Sus raíces darán los mejores frutos sobre esta tierra”

“¿Cómo lo sabes? Yo solo veo un montón de ramas podridas” Decían los curiosos.

“No está podrido, está esperando el mejor momento para florecer, y cuando lo haga sus frutos serán tan dulces que brindarán la vida eterna” Respondía Carla con toda seguridad.

De esa manera convenció a los crédulos del mundo, y ellos, eclipsados por la proeza de un futuro prometedor, hicieron una vigilia eterna frente al árbol para esperar sus primeras flores. Los días se convirtieron en meses y los meses en años, y mientras los arboles vecinos pintaban el paisaje con frutos majestuosos el árbol de Carla seguía igual de podrido que siempre.

Ella nunca se rindió, tampoco los que la siguieron. Allí se quedaron, esperando los frutos que nunca llegarían, hasta que las cenizas de sus huesos alimentaron las raíces podridas que aun crecían sobre la tierra.

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Dejo abierta la reflexión final, para que ustedes, queridos lectores, brinden su apreciación. Si haz llegado hasta aquí, muchas gracias por leer ;-)