Luego con el paso de unos minutos ya la adrenalina me sube a millón con tantas veces que debo perseguirlo, sujetarlo o supervisarlo en el mar jeje...Claro, nunca dejo que vaya a un límite que sea profundo y menos sin compañía de una adulto.

Sin embargo su felicidad no tiene precio, las ocurrencias de su infancia som los mejores recuerdos y fortalece sus emociones ❤️🤗.

Pasadas las horas (como 3 horas de nadar) me dediqué a hacer mi papel de mamá y hacer la petición de que salieran del agua; por supuesto esto no es bien visto por los niños, pero alguien lo debe hacer jeje.

Y como este tipo de actividad recreativa siempre da mucha hambre, devoramos unas ricas cachapas con queso que venden en la zona.

Nos fuimos agradecimos con la naturaleza por el obsequio de este ambiente tan agradable...Por supuesto llegamos a casa bien cansados.

A pesar de ello, como padres sabemos que después de un buen gusto, toca aseo profundo; así que luego de descansar unos minutos bañé a mi bebé, lavé la ropa toda llena de arena y agua salada.

Posteriormente Simón estaba agotado, pidió dormir un rato y yo luché para no caer rendida con él, ya que tenía otras tareas pendientes que no quería dejar para después.

Para cerrar el día con la mejor huella, coseché unas yucas de nuestro huerto💚 y sembré una plántula de aguacate que hace semanas terminé🥑🌱...luego les escribo sobre estos procesos.

De esta manera concluye el resumen de mi día... agradecida con Dios por tantas cosas bonitas que he experimentado este último mes✨🙏🏼💫