The Diary Game || 3rd November, 2024 || Echar una mano y medir un terreno para un edificio propuesto.
El domingo suele ser un día ajetreado para mí y ayer no fue la excepción. A pesar de un comienzo lento, estoy agradecido de que mi día se haya transformado en uno productivo y satisfactorio. Tuve la oportunidad de ayudar a nuestro pionero especial, prestándole ayuda, y también realicé mediciones del sitio para un desarrollo de edificio propuesto, brindando un valioso servicio a mi cliente. Como empezó mi día.....
Mi día comenzó a las 6 am, cortesía del canto temprano de nuestro fiel gallo. A pesar de sentirme agotado por el estrés de anoche, me reuní para unirme a mi familia para nuestro culto matutino. Nuestra sincera devoción de cinco minutos y nuestra oración final establecieron un tono positivo para el día. Luego, me preparé para nuestra reunión cristiana de las 10:30 a.m., ansioso por encontrar alimento espiritual y comunidad.
La reunión cristiana de hoy fue una bendición. Obtuve una comprensión más profunda de la misericordia y el amor ilimitados de Jehová por sus humildes siervos. Su disposición a acoger nuevamente a quienes se arrepienten y buscan el perdón llenó mi corazón de gratitud y esperanza.
Después de la reunión de 1 hora y 30 minutos, procedí a tomar medidas del terreno de mi cliente, donde planea comenzar la construcción de un nuevo edificio en dos semanas. Alquilé una motocicleta y solicité la ayuda de amigos para que me ayudaran a sostener la cinta y otros equipos, asegurando un estudio eficiente.
Al completar la medición del sitio, tomé nota de las dimensiones del terreno. 12,5 metros de largo y ancho, formando una conveniente forma cuadrada ideal para diseñar el edificio. Documenté las medidas y tomé fotos como referencia. Una vez completada la evaluación del sitio, me dirigí a casa para prepararme para ayudar a nuestro Pionero Especial y echarle una mano según lo planeado.
Aunque los trabajos estaban programados para comenzar a las 3 de la tarde, llegué a las 4 de la tarde debido a un desvío para recoger una carretilla necesaria para empacar arena, que se encontraba lejos de mi residencia. Al llegar, me puse rápidamente mi ropa de trabajo y agarré mi pala, listo para sumergirme en la tarea que tenía entre manos. A pesar de ser un trabajo voluntario, disfrutamos muchísimo la experiencia, gracias a la cálida compañía de mis queridos hermanos cristianos.
Su presencia transformó la tarea en una reunión alegre, haciendo que el trabajo físico no supusiera ningún esfuerzo. Los momentos animados que crearon eclipsaron la tensión de empujar carretillas llenas de arena, convirtiendo una tarea potencialmente ardua en una experiencia encantadora. Estaba oscureciendo cuando eran las 7 de la tarde, así que tuvimos que lavar todo lo que usábamos en el trabajo y me dirigí a casa para descansar un poco.
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