Una historia de perseverancia

Como todos los que viven en Venezuela y trabajan muy duro para surgir y poder tener una mediana calidad de vida, Eber tenía el anhelo de algún día poder huir del infierno en el que se convirtió su país para reencontrarse con su hermano que vive desde hace 8 años en USA, país en el que entró como perseguido político y en el que ha podido "echar pa lante" y ofrecerles una vida digna a su familia.

Hace 3 años intentó llegar a Alabama entrando por la frontera de México. No lo logró. Los policías de migraciones lo detuvieron y deportaron a Venezuela. Lejos de darse por vencido, empezó de nuevo a reunir el dinero que había perdido y a cambiar algunas cosas que fallaron para lograr la meta. Hace 2 semanas lo intentó por segunda vez. Emprendió el viaje desde Maracaibo hasta la ciudad de Bogotá, Colombia, donde tomaría un vuelo hasta México para intentar pasar de nuevo, esta vez con un grupo de "coyotes" con un buen récord de pase de personas hacia la frontera americana.

Dos mil dólares tuvo que pagarle a estas personas que trabajan en la cancha de lo ilegal y que muchas personas dejan la vida en tan atrevida travesía. Pero para Toto (ese es su sobrenombre) bien valía el esfuerzo. Quería surgir para sacar adelante a su pequeña familia.

El día de hoy por fin pudo pisar suelo americano, luego de un par de noches de extremo riesgo para su vida atravesando el impacable desierto que separa a ambos países, cosa que volvía a vivir por segunda vez, pero esta vez, tuvo éxito.

Eber es mi primo y al fin el día de hoy se pudo reencontrar con su hermano Servio.