Como todos los días inicio mi jornada bendecida gracias a Dios. Después de orar y agradecer, hago mi rutina de aseo personal, salgo de mi habitación llena de fe y optimismo a comerme el mundo, literalmente hablando 😁 Lo primero que hice fue desayunar unos deliciosos sandwich que mi hermana había preparado.

Después del desayuno, preparé la mezcla para la torta la introduje al horno, como mi hermana está en la cocina haciendo unos pasapalos la dejé encargada de la cocción del pastel, mientras voy al centro del pueblo hacer unas compras.

Una vez en el centro compré artículos de higiene personal como champú, crema para el cuerpo, jabón de baño, entre otros. Recorrí varias tiendas de repostería buscando colorante naranja fuerte conseguía pero líquido de la marca payasito, pero yo lo quería en polvo porque estos colorantes no apartan humedad y permiten que el merengue quedé más firme, es decir no afectan la consistencia de la cobertura. De tienda en tienda anduve un buen rato hasta que entré al mundo del granero y allí lo conseguí cancelé la compra y me fui a mi hogar.

Cuando llegué a la casa me tomé una cerveza bien fría que estaba en la nevera para apaciguar la calor, ordené las compras. Luego me dí una refrescante ducha y comencé hacer el merengue para decorar la torta.

Luego de terminar con el decorado ayudé a mi hermana a ordenar la cocina, bañé a la nena nos alistamos y nos fuimos a casa de mi hermana a llevar el pastel, los pasapalos entre otras cosas.

Una vez en la casa de mi hermana la ayudamos con algunos detalles de la decoración del espacio entre ello la mesa de postres quedando todo listo para esperar a los invitados. El cumpleañero emocionado quiso tomarse una foto con el tío.

Seguidamente comenzaron a llegar algunos familiares, amigos y con ellos la alegria de la casa los niños que son los invitados especiales.

Entre pasapalos, juegos infantiles, fotos y música, transcurrió el l resto de la tarde y parte de la la noche. Está demás decir que pasamos un rato super espectacular comiendo, riendo y sobretodo compartiendo con personas muy agradables y especiales.

El momento que más me gustó fue ver la cara de alegría y emoción que tenían los niños al recibir sus golosinas