¡Un cielo despejado!

Perdona que te lo haya contado por fragmentos dejándote por más de 5 días en suspenso antes de la siguiente entrega, pero voy al ritmo que puedo aunque eso no le resta pasión a mi deseo de compartirlo...

Siempre me ha gustado el azul del cielo, de alguna forma me produce paz mirarlo... asumo que para aquellos que han sufrido huracanes, tormentas o simplemente enfrentan un crudo invierno es un cielo azul algo soñado...

Esta vez el cielo despejado me sirvió para mirar desde arriba, no desde la tierra al cielo sino desde el cielo a la tierra... literal!

Como ya te he contado... los primeros 3 días en casa fueron suficientes para disipar las nubes de miedo y preocupación. ¡Mi esposa no estaba en peligro! aun debía tener un tiempo de tratamiento y evaluación médica pero no estaba en peligro y la falsa tormenta ya se comenzaba a disipar...

Bueno, ya estaba en casa y aún me quedaban algunos días más antes de volver, aproveché de hacer muchas tareas de hogar que se generaron en mi ausencia y solo podían ser ejecutadas por un hombre (solo dentro de mi contexto familiar), ya sabes... algunas reparaciones y demás que estoy seguro no serían ningún problema para cierta mujer alemana que he visto construir refugios para invierno que a mi me darían bastante trabajo.

Fue agradable ver a mi esposa y a las niñas felices de que yo estuviese en casa, me sentía importante jeje...

Pero no era solo mi núcleo familiar el que me extrañaba, también mi madre y hermanas querían verme así que ocupé un par de días en visitar fuera de casa, muy caluroso fueron esos días junto a mis amadas.

Pero en casa las sonrisas pronto se convertirían en caras serias cuando mi regreso al trabajo se volvió tema de conversación, mi esposa que era la que mejor lo entendía tuvo problemas emocionales para aceptarlo, especialmente porque sabía que luego de 10 días de permiso sería muy difícil que me dejasen volver hasta que pase un buen tiempo.

Las niñas con un poco más de inocencia me reclamaban que ellas preferían los tiempos en los que yo trabajaba en la computadora, se referían al tiempo en el que estaba desempleado intentando obtener algunos Steems para el bienestar familiar, bueno... no pude explicarles que mi suerte en cuanto a ganancias económicas no fue muy buena en STEEM como para no tener que volver a trabajar, pero creo que he obtenido cosas mucho más valiosas que el dinero así que es justo ya que prefiero mil veces las amistades que he cosechado.

Entre sus ocurrencias las niñas decían que me amarrarían para que no me fuese y... llegado el día no me creían cuando les decía que ya me iba.

No fue hasta que me vieron vestido y con el equipaje que aceptaron la realidad, por primera vez miré a mi niña más pequeña llorar como una adulta, no hizo ruido de llanto, solo arrugó sus labios, apretó fuerte sus ojos y unas lágrimas muy grandes comenzaron a salir, mi corazón se desgarró y estuve a punto de abandonar la idea de volver al trabajo.

La tomé en mis brazos para calmar su llanto antes de sucumbir en el mío propio, le prometí que volvería rápido y le pedí que me esperase a lo cual ella asintió positivamente.

Ya sabes que soy algo dramático ¿verdad? pero la hora en carretera que tardo en llegar de mi casa al aeropuerto el nudo en mi garganta y la imagen de mi hija llorando se mantuvieron con la misma intensidad.

De nuevo me preguntaba si valía la pena, estaba perdiéndome de la niñez de mis hijas, tiempos que seguramente no podré recuperar, pero a la vez estoy en un país en el que mi empleo y mi salario actual es una clase de milagro de la que muy pocos pueden gozar, estaría mal abandonarlo.

Entre pensamientos y sentimientos mi cielo emocional amenazaba con nublarse, así llegué al aeropuerto y las dos horas de espera se fueron tan rápido que no noté cuando el avión estaba esperándome y al instante ya estaba abordo.

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Mi viaje de regreso había comenzado, duraría 2 horas en ese avión para recorrer 1000 Km de distancia lejos de mis chicas... pero este viaje era distinto a todos los anteriores, por primera vez el cielo estaba despejado y tenía muy buena visión de lo que había afuera, no habían nubes que me impidiesen mirar abajo o a mi alrededor.

Pude mirar los paisajes y así despejar mi mente para conseguir ideas claras...

Todo está bien, mi esposa está fuera de peligro, tengo una familia hermosa y un empleo bendecido, solo necesito tener todo eso junto. Una idea comenzó a tomar fuerza en mi mente así que mis aguas se calmaron. Quise disfrutar ese viaje en el que todo parecía claro y hermoso.

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Sí, un trabajo muy bendecido especialmente porque aún lo podía conservar luego de haberme ausentado por 10 días, ya que al parecer queda mucho tiempo de trabajo (hasta ahora) la idea más clara y lógica es hacer un sacrificio económico en pro de conseguir una casa a la que pueda traerme a mis mujeres para que estén conmigo.

Pensarás que es algo que ya debí haber hecho pero no es tan simple, si el tiempo de trabajo es corto prácticamente se va el salario en alquiler así que solo es viable si el trabajo es de larga duración, por eso mi esposa y yo hemos decidido optar por el sacrificio de esperar porque no tendría sentido a menos que podamos volver a casa en un futuro con una mejor condición económica ya que ella también tiene un empleo allá donde está, no gana mucho pero renunciar no es una decisión fácil de tomar si no hay una base sólida que lo compense.

En fin... ya estoy de regreso en mi trabajo y he comenzado a apartar la cuota que me permitirá traer a mis chicas conmigo para diciembre a más tardar.

Mi cielo permanece despejado desde ese viaje, ya no sufro en los aterrizajes y todo marcha en buena dirección... te lo cuento porque quiero que eso te anime cuando veas que tu invierno no parezca tener fin... sí, ten ánimo que todo puede mejorar cuando menos lo esperas.

Todas las imágenes son de mi autoría

¡Gracias una vez más por tu muy grata compañía.!