"La decisión que cambió mi vida"//por @edy.lobo

Apenas recibí la invitación del amigo @cruzamilcar63 y leí de que se trataba el concurso, me pareció sumamente interesante y me decidí a participar.

La verdad es que podría hacer un decálogo con todas las decisiones que de una u otra manera han cambiado mí vida.

En este caso, les contaré una que cambió mi forma de interactuar con mis alumnos en mi época de docente activo.

_{Una foto con mi ejemplo y mi maestra de toda la vida. Mi querida madre. Álbum familiar}

Ser docente, cuando se hace con mística y pasión, es una de las ocupaciones más fuertes y difíciles que se pueden presentar. Cada sección o cada grupo de alumnos es como un nuevo ser, un nuevo ente con el que te tienes que enfrentar. Existen algunas que te dan infinitas satisfacciones, alegrías, y tú casi que esperas con ansiedad poder darles la nueva clase. Pero hay otras que son un monstruo de varias cabezas. Son difíciles de manejar, no prestan atención, vienen mal preparados, se frustran en las clases y buscan la manera de frustrarte a ti también. En fin. Pueden ser una pesadilla y esas son las que miden hasta que punto estas realmente preparado para enseñar.

Llegó un momento en el que pensé que ya me las sabía todas, y las pocas veces que me tocaron esas "malas" secciones apelaba a la disciplina dura, los discursos de concienciación y a la madurez que ya debían demostrar en una universidad. Pero los muchachos cambian, las generaciones cambian, las mentalidades cambian, y si tu no cambias con ellas vas a fracasar irremisiblemente.

Me pasó. Me tocó una sección terrible. No sólo conmigo. Al comentar con mis colegas sobre el comportamiento de este grupo, todos estaban en mi misma situación e incluso les habían dado clases por vistas. Intenté apelar a mis estrategias tradicionales pero fracasé rotundamente y de hecho varias veces salí muy enojado del salón de clases.

Uno de los alumnos del curso que se sentía afectado por el ambiente me espero al salir de la clase y me pidió hablar conmigo. Me dijo: profesor, lo que usted está haciendo no va a funcionar con estos "compañeros", (en realidad se refirió a ellos con una palabras que no puedo repetir por acá jajajajajaja...)Y continuó diciéndome: ellos hacen apuestas a ver a que profesor hacen enojar más y cada vez que se enoja y los saca de clases, salen a burlarse de usted. Y remató diciendo:

Esas palabras me pusieron a pensar toda la noche. Recordé que vengo de una familia con un buen humor a toda prueba. Mas aun, recordé que SOY VENEZOLANO, y que a los venezolanos se nos puede estar cayendo el avión y alguien se para y cuenta un chiste o sale con alguna ocurrencia.

Lo cierto es que me di una cura de sueño y tomé la decisión de ir a pasar un buen rato a la clase apelando al buen humor.

Los mas revoltosos del grupo comenzaron con las burlas. Con mi cara más amable y mi mejor sonrisa, les respondí con un chiste que de alguna manera los dejaba en mala posición. El estruendo de carcajadas fue tremendo y los pobres muchachos no encontraban como reaccionar.

Cada vez que intentaban sabotear la clase en vez de darles un discurso me sonreía y les salía con otro chiste que causaba la risas del resto de la sección.

Al final los saboteadores se salieron del salón todos desubicados y descubrí que el resto de la sección se comportó de manera ejemplar, se sintieron en confianza y tuve una de las clases más divertidas de mi vida.

Al salir de la clase me conseguí con los revoltosos con cara de pocos amigos. Me acerqué a ellos . Les di las buenas noches y les dije que los esperaba en la próxima sesión. Y fueron. Y desde ese día nuestras clases fueron mucho más entretenidas y productivas.

Después me ocupé de hablar con ellos de la manera más informal posible y descubrí que eran muchachos con hogares disfuncionales, y en dos casos, jóvenes que estaban estudiando la carrera obligados por sus padres.