Si a mis nietos se les pidiera hacer un dibujo de su abuela, estoy segura de que en vez de mostrar a la tradicional viejecita con unas agujas de tejer pintarían a una mujer que no suelta su teléfono celular casi nunca y es que con mi trabajo en la blockchain si no estoy leyendo, estoy escribiendo, viendo vídeos o tomando fotografías.

¿Tengo una adicción? Es posible que sí, es lo primero que agarro al despertarme y lo último que suelto antes de irme a dormir para ponerlo a cargar.

¿Me gustaría cambiar esto? Un no rotundo. Me gusta todo lo que hago, mi trabajo en Steemit y estar al tanto de lo que ocurre en las redes. También tengo libros descargados que puedo leer mientras no tengo internet, y si no hay electricidad, juego.

Me gusta mucho la tecnología y todo lo que puede hacerse a través de ella. En mi caso son más las ventajas que desventajas. Es lo que tenemos en este momento.

Analizar mi propio proceso me ayuda a comprender lo que ocurre con los niños y jóvenes que viven en un mundo dominado totalmente por la tecnología. Hay un abismo de separación entre la niña que fui y cualquier niño incluso de menor edad del presente, que se pueda comparar con lo que yo hacía, cómo hablaba y mi nivel de aprendizaje de entonces.

Hace unos días, por ejemplo, invité a pasear a uno de mis nietos de 9 años, fuimos junto a su mamá hasta el puente María Nieves que cruza el río Apure, inmenso, majestuoso. El niño estaba impactado por la belleza del lugar, lamentó que no llevamos el teléfono para tomar fotografías, no lo hicimos por seguridad.

Al día siguiente, el niño por cuenta propia había investigado en internet acerca del puente, del estado Guárico y las zonas aledañas y había hecho un dibujo del lugar, marcando los lugares cercanos, una especie de mapa personal. Ese fue un uso ventajoso de la tecnología.

Recientemente recibí una visita de un familiar y su hijo, este último saludó y se aisló por completo con su teléfono celular, no participó de la conversación ni mostró interés por nada que no fuera su juego en el teléfono. Su papá no se preocupó al respecto, al parecer es un comportamiento recurrente.

Desde mi punto de vista es conveniente tomar en cuenta estos aspectos:

Equilibrio

La vida real es más importante que la virtual por lo que el tiempo de uso del medio no puede superar a las actividades de la vida misma. La conversación, los paseos, el juego y cuidado de mascotas, las rutinas deportivas y artísticas tienen que tener su espacio.

Negociación

No es conveniente privarlos del acceso a la computadora y afines, sino llegar a acuerdos donde pueda utilizarlos si antes ha tenido actividades reales, que valoren la compañía y la conversación. Que la tecnología no suplante el juego presencial con amigos o familiares y no sea usada para mantenerlos pasivos.

Comunicación

Los padres o representantes deben conocer las páginas que revisan los hijos, sus criterios de búsqueda, los juegos e interacciones que tengan en red. Para ello la comunicación es necesaria pero también lo es el uso y manejo de la tecnología, eso permitirá no dejarlos de su cuenta. Por eso también me gusta estar al tanto de lo que hacen porque es una forma de eliminar la brecha generacional.