El perdón es de esas facultades que todos tenemos pero que regularmente no se nos instó a encontrar y desarrollar desde niños.

Hablo por mi experiencia, y recuerdo que se nos instaba a ser buen estudiante, obediente, responsable, disciplinado, incluso a compartir mis juguetes, pero yo no recuerdo que se me hablara de perdonar como algo que me dejaría algo bueno… Digamos que tenía un papel muy secundario.

Y comento esto porque mi profesión y mi viaje por la vida me han revelado que el perdón es probablemente la puerta más grande a la felicidad y se desconoce a profundidad del tema.

Por ejemplo, mucha gente quiere hacer cosas y les da miedo no ser suficientes. ¿Y sabes por qué no lo intentan? Porque no se perdonarían fallarse a sí mismos y menos a otr@s...

Otros, viven arrastrando un pasado lleno de heridas emocionales (que duelen en el presente) pero no están dispuestos a ver ese pasado desde el amor. Mientras tanto, el presente se encargará de traerles más sufrimientos, pero mejor sufrir que perdonar.

Luego hay quienes hablan de las maravillas del amor, y lo piden a gritos, pero nada quieren saber del perdón. Amigos míos sin perdón nunca podremos acceder a una consciencia de amor genuina, como mucho a un amor lastimero y sufriente que sirve y se adecúa a las condiciones del ego.

Luego están los que piensan que perdonar tiene algo que ver con olvidar. Y dicen “perdono pero no olvido”. Y el perdón nada tiene que ver con el olvido. Es recordar lo que sucedió desde el amor y la paz. Porque ya no hay deuda…

Pero peor que todo esto, está la llamada culpa. Esa que oprime nuestros presentes, saben por qué? Porque no nos perdonamos lo que hicimos en el pasado… ¡Y la culpa cómo hiere!

Hay algo que muchos no saben del perdón y es que así como yo no perdono a los demás, de igual forma me trato a mí y tampoco me perdono. Por lo tanto, me autocastigo inconscientemente.

Hay muchos elementos de la vida en colectivo que nos hacen creer que el perdón no es un tema trascendental, comenzando por los medios de comunicación que la mayor parte de las veces van resaltando lo “inadecuado” y cargando a los usuarios de separación…

Todo el que ofende o agrede realmente está sufriendo mucho (de lo contrario no lo haría), pero nos lo muestran como el malo de este juego, por tanto, al que hay que ajusticiar y juzgar.

Sin saber que nada daña más a una persona que el juzgar y condenar. Porque de igual forma se juzgará y condenará a sí mismo. Luego, cómo tener autoestima suficiente para sentirnos dignos de amor y felicidad.

Fuente

El perdón es tan PODEROSO por una sencilla razón, nos quita la idea inconsciente de que somos culpables de algo: la principal traba de nuestros éxitos y disfrute de la vida, además de vivir desde el amor, casi nada. Por ello digo que el perdón es la desprestigiada puerta para acceder al Amor...

Quien quiera ser libre no sólo perdone, también suelte el juicio y la condena hacia los demás, acabará descubriendo que todos somos el amor, y que de vez en cuando se nos olvida.

El error pasa a ser ahora una bendición porque me permite practicar la compasión y elevar mi GRAN VERDAD: Yo (como tod@s) soy el amor, y vine a este viaje a descubrirlo.

Pero no es amando lo que me gusta del mundo que lo voy a descubrir, sino mirando desde el perdón y el amor aquello que me desagrada. Allí es donde despertamos a nuestra verdad de Amor.

¡Deseo que el perdón sea parte de nuestras consciencias un poco más cada día! Para que pueda surgir una forma de vernos donde no hay culpables, sólo hay gente que requiere de nuestro Amor.

“Llegó la hora de Perdonar…”

¡Gracias por este concurso!