¡Hola comunidad! #

Primeramente reciban un cordial saludo, y de antemano gracias al amigo @jlvillamizar por invitarme a esta actividad.

Al leer a Gabriel García Márquez nuevamente nos vamos a encontrar con los fenómenos o con la simbología de una narrativa lo cual lo cotidiano se vuelve extraordinario o como algo tan simple puede contener una magia inexplicable, donde el irrealismo se vuelve parte de la realidad y no, “Gabo” no fue otro escritor más, se puede hablar de una persona que plasmo la realidad de su entorno pero lo lleno de magia y caemos en la frase:

“A los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad”…

La pregunta entonces es: ¿En qué pienso?

Pues, no hay mucho que pensar, pero si hay mucho por ver, los libros y la literatura han sido un vehículo para la libre expresión, y cuando una persona es callada o un pueblo es ciego de su verdad, ahí encontramos a una amiga que nos hace ver la realidad, o a este escritor que siempre uso la magia para contar la verdad, estamos en una sociedad poco lectora y los que quedamos, evitamos cada día caer en la ignorancia, por ello preservamos el hecho de saber e incluso conocer antes de que venga otra persona a contarnos lo que no es.

Con esta frase y saliéndonos del contexto literario, todos los días nos encontramos con muchos demonio cada uno diferente a otro, y en una realidad tan quebrada como la nuestra, en un país oprimido, silenciado y encerrado, en uno donde los pocos que se han quitado la venda decidieron solamente esperar sentados por sí el demonio cae y deja de atosigarnos, no observamos que el demonio se alimenta porque nosotros somos participe y colaboradores para ello, erramos en el punto exacto de creernos aquellos discursos unitarios de sociabilidad de integración de buscar un bien en colectivo, cuando el colectivo trabaja para enriquecer un único bolsillo y no es el propio; saben algo el demonio o los demonios siempre dicen mentiras aun cuando están diciendo la verdad, tienen las agallas de mentirnos a la cara, por qué, porque nos volvimos costumbristas, monótonos individuos que para evitar sufrir y caer de la nube, vive y sueña en la mentira creada por un ser cuyo ego es alimentado por nosotros mismos.

Y saben algo hasta nosotros mismos somos demonios, cuando nos paramos cada mañana y siendo mentira decimos que estamos bien, cuando le prometemos a nuestros hijos que esta rutina monótona va a cambiar y nunca cambia porque no hacemos nada para que pase, saben hasta cuando decimos la verdad mentimos, porque repetimos una mentira mil veces hasta el punto de creernos esa mentira que la volvemos realidad.

Saben la realidad nos encarceló, nos cerró, nos calló, nos pisoteó, pero solo nosotros decidimos si dejamos que el demonio nos siga mintiendo, si nosotros seguimos engañándonos con la verdad o salimos a pisotear al maldito demonio que nos tiene viviendo en una nube de caramelos alucinógenos.

Sin más gracias por el espacio, felicitaciones a @josevas217, suerte a los participantes, hasta la próxima.