El otro día hablaba con @belenguerra sobre nuestros diplomas, el mío de psicóloga y el de ella de geógrafa que en este momento están retozando juntos en el fondo de un cajón.

Medio en chiste medio en serio nos preguntábamos ¿por qué nos habíamos traído los diplomas hasta el culo del mundo? Excuse mi french.

Bueno si tuviese una caja fuerte, lo único que podría poner dentro es mi diploma. Ni dinero ni joyas ni títulos nobiliarios, solo eso.

¿Que simbólico todo no? Dos mujeres profesionales que decidieron dejar su país de origen para vivir otra vida, ni más ni menos que la PROPIA.

Que se conocieron en un recóndito lugar de las afueras de Barcelona y se hicieron amigas
Con una historia de vida bastante similar, una le deja a la otra su diploma en guarda. Saquen sus conclusiones…

Este año hicieron 10 años del día en que terminé mi licenciatura.

Me pareció una buena ocasión para recordarme lo mucho trabaje por ese diploma, lo mucho que lo desee y que, aunque hoy este durmiendo en el fondo de un cajón, me acompaña todos los días de mi vida.

Porque la psicología me dio una profesión, pero el psicoanálisis me enseña la forma de ser y estar en el mundo, que no es de otra manera que arder en preguntas.

Que nos motiva a decir lo que decimos, a actuar como actuamos, a vincularnos como lo hacemos, aun en conflicto, porque de eso se trata, que el conflicto aparezca y podamos permanecer en él y no huir, viendo al otro como “malo”. Poco importa lo dicho si no lo que se “dice”, causas detrás de nuestros decires…

Ese fue el día en el que parí. En la foto aun esperando, con la sonrisa a media asta…
Me había dejado como último final de la carrera una materia fácil, ¿quién quiere sufrir a último momento? Dijo nadie nunca.

Claro que la materia constaba de un trabajo grupal, así que Solange que era la única del grupo que se recibía, se puso el equipo al hombro, sosteniendo lo insostenible since 1983.

Mi final fue una belleza, una conversación entre dos mujeres, una le daba la bienvenida a la otra, le pasaba el tótem, le daba su bendición.

En la sala de partos

Hace 10 años empezaba a entender algunas cosas, o a darle cierto marco a algo que ya sabía.

Y era que yo sufría de entendimiento, del síndrome de la coherencia prusiana, cierto exceso de criterio de realidad mezclado con la solemnidad de los imbéciles.

¡A veces abruma, otras, angustia, pero tenía unas ganas de curarme y sobre todo de ayudar, no saben el hambre que tenía!

Después de 10 años sigo sufriendo de lo mismo, solo que pude hacer algo con eso, ahora lo escribo y lo comparto, lo intento todos los días.

¡Gracias Steemit por eso!

parecen siglos de eso, es que no pare de escribir, que alegria

Siempre que me preguntan por mi profesión: ¿che y vos que sos?

Por dentro pienso, que SOY una mina, la hija de Edu y de Silvia, la hermana de Dafi, la amiga de mis amigos. Porque de psicoanalista trabajo… la eterna pelea, donde empieza y donde termina, ¿cuál es el alcance? ¿La jurisprudencia de mi rol?
¿Y porque no lo SER también? Devenir…

Si al fin de cuentas, de una caída, una desilusión, de la marca del dolor arrastrado por varias mujeres de mi familia hice un texto, lo pude nombrar, relatarlo…

Eran ellas en mi cuerpo, ese silencio mudo pero ensordecedor que no encontraba boca, que no encontraba palabras, lo encontró en mi voz… devine psicoanalista.

De todo quedaron varias cosas,

La tranquilidad de nadar en un mar de incertezas y no ahogarme, hacer la plancha, que “eso” sea lo que sea, me encuentre y yo esté disponible para recibirlo.

Decir más “no sé, déjame pensarlo” tomarme mi tiempo “te pido disculpas” no tanto permiso.

Y, sobre todo, laburar siendo yo, ser una psicoanalista como ninguna, que no se parezca a nadie, encontrar mi singularidad en cada sesión, en cada tratamiento. Confiar y seguir.

Una tradicion argentina añgp desagradable,pero tradicion al fin

Ese fue el día en que me parí, hoy hace 9 meses que llegue a España y mi paso por este lugar que me cobijo durante estos meses está llegando a su fin.

Hoy me volví a parir, porque de eso se trata, parirnos una y otra vez, las veces que sean necesarias.
Ninguna como la anterior, distinta a la que vendrá.

Me abrazo, me celebro, me honro y la honro a ella, la hacedora de puentes. Ahí donde parecía no haber nada más que silencio, algo se construye, algo deviene, algo sana.

Sin lugar a dudas, esta fue mi década ganada.

Con Amor,
Sol