Hace más de dos meses que no llueve en Manresa, no solo eso, sino que los días se presentan a puro Sol.
El campo esta con mucho polvo y bastante seco.

recordando la primavera

Todo lo contrario, a como me vengo sintiendo yo, con la lagrima a flor de piel, hay días en los que estoy bien y otros en los que no estoy tan bien.

Ya señé “de palabra” una habitación en Barcelona para los primeros días de marzo, eso me deja algo más tranquila. Pero aun así mi ánimo es bastante cambiante.

mi mejor cara de "por aca todo regio"

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Es cierto que en mayor o menor medida se debe a que ya no quiero estar viviendo donde estoy viviendo, entonces todo se hace cuesta arriba.

Pero también me doy cuenta que tiene que ver conmigo y con ciertas dificultades que tengo para poner ciertos límites y hacerlo de una manera clara y amable para que el otro lo entienda.

Y bancarme las consecuencias si no lo entiende: o sea, su enojo.

No me gusta sentirme invadida y menos aún expuesta. ¿Qué tendría de malo no? a todos nos molestan determinadas cosas cuando estamos en vínculo con alguien.

El problema es poder decirlo, cómo decirlo, escuchar lo que el otro tiene para decir. El problema es conversar. Que parece muy sencillo, pero no lo es.

Porque cuando estamos molestos, queremos vomitarle al otro lo que nos molestó y rara vez escuchar lo que tiene para decirnos. Queremos que modifique su acción y que lo haga ya. Entonces se vuelve una competencia a ver quién tiene la razón, en lugar de hablar desde lo que uno siente.

¿Cuándo uno habla desde el corazón, que replica puede haber?

No es tarea fácil, generalmente lo que me pasa es que cuando digo lo que me molesta, no termino de ser clara y sincera por miedo a que el otro se enoje, cosa que funciona como una profecía auto cumplida por que genero justamente lo contrario.

El otro se enoja.

Y como no soporto el conflicto, y si encima del otro lado hay alguien que se enoja aún más, doy 20 pasos atrás, me mareo, y mi molestia queda en segundo plano, porque ya ni no sé qué me molesto.

Se desvía el tema de conversación, termino diciendo cualquier cosa, me echo la culpa. Me siento culpable y me aisló.

En esos momentos que últimamente me están pasando muy seguido pienso por un minuto en que sola en la cima de la montaña andaría mejor.

Bien capri todo.

También noto que me hacen falta mis momentos a solas, no los estoy teniendo y los necesito.

Como cuesta reconocer nuestras necesidades, dárnoslas y en tal caso pedirlas.
Como cuesta aceptar que el otro es diferente, que, aunque nos quiera o nos extrañe. Lo hace de manera distinta.
Como nos cuesta estar con el otro.

Como me cuesta.

Ya no sé si es mercurio retrogrado, los planetas haciendo eclosión o que.

Pero vengo revisando mucho mis vínculos desde hace bastante, estoy más atenta.

Lo que me viene sucediendo últimamente es que me estoy “ enchastrando” mucho. Es decir, estoy en conflicto, van cambiando los personajes, cambian los conflictos, pero llego siempre a la misma conclusión.

Vincularnos lleva al conflicto.

Se verá que hay detrás.

Con amor,