Petróleo

Esta historia comienza en una noche muy oscura; una falla eléctrica era la razón por la cual toda la familia estaba sentada afuera de la casa; nuestro vecino se disponía a marcharse en su camioneta, prende los faroles y algo hace que este se exalte, se baje del carro y nos advierte de una figura bastante extraña sobre el asfalto, una criatura que se movía de forma torpe en la oscuridad.

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No demoramos en entender de que trataba, el animal buscaba la claridad, buscaba los reflectores; cuando apareció en la luz, confirmamos que se trataba de un gato, un gato empapado con aceite, brea, petróleo o algo parecido.

Nuestra primera impresión fue de rabia y lástima por la pequeña criatura, era un gato muy pequeño, un cachorro. Alguien había hecho esa maldad con el gato.

Mi hermana se compadeció del gato, ella y su novio trataron a la pequeña criatura, le limpiaron los ojos y trataron de quitar toda la brea de su pelaje.

El panorama era terrible para el pequeño, tenía brea en sus oídos, nariz, boca y ojos, dificultad para respirar y debilidad, estaba más muerto que vivo.

Lo adoptamos con la esperanza de que pudiese recuperarse, y le llamamos Petróleo.

Los días pasaron, y su pelaje se secó, cosa que fue muy dolorosa para él y para nosotros, verlo y cuidarlo fue muy triste.

Poco a poco fue mejorando, los demás gatos de la casa lo veían como algo de otro mundo, quizás por eso no lo molestaron, tal vez era su olor particular.

Semanas luego, conocimos el color original del gato, el cual era negro con blanco.

Una vez recuperado se integró muy bien a la familia, hacia sus necesidades en el lugar correspondiente, era educado a la hora de la comida, juguetón y agradecido, si había una característica particular en petróleo era esa, no sé cómo decirlo, pero así lo sentíamos.

¿Qué les digo? Me encariñé mucho con el gatito, este me buscaba y yo lo buscaba; jugábamos mucho, le gustaba ser cargado, chillaba cuando no le prestaba atención. Yo llegaba a casa, decía un par de palabras fueran lo que fueran y él surgía de la nada, lloraba para que yo lo acariciase, lo cargase, jugase con él, esa era la dinámica de todos los días, si no le hacía caso me perseguía hasta conseguir algo de aprobación.

Bien, lo cierto es que lo extraño.

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Hoy petróleo no está con nosotros. Casi nunca salía, pero una noche salió y una motocicleta lo atropello.

Me dolió en el alma verlo tirado en el pasillo, le hablé esperando alguna respuesta, pero que va.

Me duele escribir estas líneas, pero aún lo veo debajo de la cama, aún lo escucho pidiendo atención, me hace falta, era único, si, único.

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La noche anterior soñé que me robaban algo importante para mí, y si, mientras dormía me habían robado algo muy importante.

Hace poco hubo un concurso en esta comunidad, la temática giraba sobre las mascotas, hoy lamento no haber entrado en dicho concurso, hoy tendría un recuerdo de mi gato y yo, lo menciono porque una semana atrás la memoria donde tenía las fotos de petróleo se estropeó.

Aun así, quedará el recuerdo del que fue mi mejor gato.