Hola amigos de @writingnreviews, es un gusto estar nuevamente por acá, en esta oportunidad, les traigo esta reflexión, la cual baso en muchos aspectos de mi vida, espero les guste y pueda servir de ayuda a muchos, envió un saludo a nuestras administradoras y fundadoras de esta maravillosa comunidad @fendit y a nuestra amiga @belenguerra.

Desde muy pequeños, nacemos con el instinto de aprender a conocer las cosas, saber como conseguirlas, es como si estuviera en nuestro ADN, un ejemplo muy simple, el de un niño recién nacido, que llora para lograr conseguir alimento, a medida que crecemos, ese deseo o instinto de lograr conseguir las cosas, va en aumento, pero crece aun más cuando nuestros padres nos motivan a lograr y alcanzar nuestras metas.

Es normal escuchar a un padre decirle a su hijo, tienes que aprender esto, o aquello, para que llegues lejos, es normal y necesario, por que como jóvenes, no tenemos metas fijadas, no sabemos la importancia de esta, así como a veces no es difícil entender, que nuestros padres solo quieren lo mejor para nosotros.

Pero en este caminar, no solo se cuenta con la ayuda de los padres, en muchos casos, tenemos una tía o tío que siempre están presente, un primo o prima mayor, que toma de su tiempo para orientarnos, un amigo o amiga que también nos brindan su apoyo incondicional, o en muchos casos, un abuelo o abuela que siempre estan ahi, esos que se vuelven inolvidables.

Hemos llegado a la meta, somos personas triunfadoras, capaces de afrontar cualquier adversidad, caminamos con la cabeza erguida, somos triunfadores, peo es ahí cuando debemos ser humildes, dar una pequeña mirada atrás y recordar con agradecimiento, cada persona que fue participe de nuestro triunfo.

Esto no se debe hacer por que nos sintamos comprometidos, lo haremos por que somos agradecidos, por que reconocemos, que cada una de estas personas, nos regalo de su tiempo, de su esfuerzo y con su amor, nos hizo más fuerte, nos ayudaron a llegar a la meta, pero la vida en un caminar, muy largo, fuerte, con espinas en su camino, pero que bonito es caminar de la mano de un ser querido, de un amigo o del amor de nuestra vida.