Creo que todos hemos estado en ese punto. En ese punto de oscuridad, dónde ya nuestro nombre no tiene sentido y no sabemos quiénes somos. No sabemos siquiera si queremos ser alguien. Dónde sentimos que nuestra existencia es una cruel casualidad. Creo que en algún punto nos hemos sentidos ahogados pero a la vez han llegado esperanzas que nos permiten ver un rayo de luz en una espesa oscuridad. Hemos visto una mano, que nos sostiene y quiere sacarnos de la profundidad, pero cuando casi estamos a punto de llegar a la superficie y respirar un poco, muchas manos te agarran por los pies y te arrastran cada vez más a lo profundo. Te esfuerzas, realmente te esfuerzas por no soltar tu último respiro, te esfuerzas por no ahogarte, te esfuerzas por no morir.

Otros no lo logran. Otros aceptan esa oscuridad, otros renuncian a mantener ese último aire que les queda. Y se entregan a la muerte. Este mundo es cruel, es cierto. Se ha multiplicado la maldad, de tal manera que no podemos ni confiar en nuestra sombra.

Pero...

Hay que mantener la esperanza, por muy pequeña que sea, no hay que renunciar a nuestra vida. Hay que luchar por ella. Y en esa lucha puede que conozcas a alguien, que al final terminará disipando toda esa oscuridad. Que te hará sentir que quizás todo lo que pasaste valió la pena. Porque todos tenemos un destino. Todos tenemos un propósito, Dios siempre está con nosotros. Él existe, pero solo está esperando a que abramos nuestros ojos y aceptemos su existencia. Dios puede usar a personas, mandarlos como ángeles a tu vida y ayudarte.

Yo encontré a alguien. Que lucha junto a mi contra la oscuridad y no importa lo difícil que sea todo. No importa cuántas manos quieran hundirme. Él lucha con todas sus fuerzas para que nada pueda volver a arrastrarme a esa profundidad. Y yo lucho, lucho contra ello. Porque sea cual sea mi propósito en esta vida. Se cumplirá.

Quiero agradecer a @belenguerra @fendit @writingnreviews. Las imágenes son gratis y de libre uso.