Una reflexión sobre la vida y la muerte

Buenos días comunidad de @writingnreviews. En este post les vengo a hablar sobre una reflexión muy valiosa, que nos hará plantear distintos aspectos de nuestra vida. Sin más preámbulo, comencemos.

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Imagen creada en Canva

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La semana pasada, mi familia recibió una mala noticia: La hermana de una persona cercana a nuestro entorno había fallecido. Ella venia luchando contra una enfermedad de la que pocos pueden salvarse, y la vida no le dio otra oportunidad.

Inmediatamente, mis padres y yo nos preparamos para ir al entierro. A pesar de que la persona que había fallecido no era nuestro pariente, sentimos que teníamos un compromiso con ella, ya que conocemos a su hermana desde hace varios años.

Cuando llegamos al cementerio, me llevé una gran sorpresa: Allí no había nadie. Y digo sorpresa porque estábamos sobre la hora señalada, ya que se nos hizo un poco tarde. Mi mamá me dijo que esto podía ser normal, ya que la situación sanitaria ha provocado que el número de personas en este tipo de acontecimientos sea mucho menor que en otros años. El Covid-19 sigue siendo una amenaza, y muchas personas no quieren exponerse en este tipo de lugares.

Pero, yo igual tenía el presentimiento de que algo extraño estaba sucediendo. Mis padres y yo esperamos por unos 20 minutos hasta que llegó el carro fúnebre. Junto con él, venían dos autos nada más.

Cuando todos bajaron, nos dimos cuenta de lo que ya preveíamos: El número de personas que asistieron al sepelio eran muy pocas. Alrededor de 15 individuos estábamos reunidos en ese lugar.

Personalmente, creo que en este tipo de situaciones tan delicadas, el Covid-19 pasa a un tercer plano, ya que estamos hablando de la muerte de un familiar. La señora que perdió la vida, fue despedida de este mundo con muy pocos acompañantes.

Y es aquí donde me pregunto ¿Dice algo el número de personas que van al entierro de un ser humano? Muchos dirán que una multitud no significa que eras bueno, y otros pensaran que la cantidad no tiene importancia, sino el cariño y el afecto que las personas tenían por ti.

Pero tras preguntar por la señora que había muerto, entendí por qué no se acercó nadie al cementerio esa tarde. Ella era una señora muy cerrada, y no tenía mucho amigos. Los que la conocieron, dijeron que no era muy sociable.

Allí comprendí toda esta situación, y me llevé una enseñanza muy valiosa. Si en el día de su muerte estaba casi sola ¿Se imaginan cuanto tiempo bastará para que ella sea olvidada?

En la película de Disney llamada Coco, se hacen muchas referencias sobre la muerte, y lo que sucede cuando las personas que te conocieron te olvidan. A pesar de que Coco no es una historia real, seguramente en la vida suceda algo muy parecido.

Aunque algunos piensen que lo que le sucedió a la señora en el día de su entierro no tiene importancia, yo en cambio, creo que debemos procurar hacer las cosas bien, y tratar con todos los que viven en nuestro entorno. Puede que al principio les parezca algo que no tiene incidencia en nuestro día a día, pero al final, sería bueno que muchos te recuerden como un ser bueno, tratable y cordial, que siempre estuvo atento y demostró buenas actitudes frente a sus personas más cercanas.

Recuerdo que una de las pocas señoras que estaban en el sepelio dijo estas palabras: “La muerte es lo más seguro que tenemos en la vida”. Yo diría que además de eso, el olvido puede estar garantizado si no actuamos de buena manera, y no dejamos enseñanzas y lecciones que perduren en el tiempo. Nosotros, con nuestras acciones, decidimos de qué forma seremos recordados cuando ya no formemos parte de este mundo.

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Espero que les haya gustado mi publicación. Muchas gracias a la comunidad de @writingnreviews por darme la oportunidad de compartirles mi opinión. Comenten que les pareció el post del día de hoy.

Nos vemos en próximas publicaciones. Un saludo a todos.