Mas perdida que una aguja en un pajal pero loca por ser Steemit

Hola, soy Maite Ortega. Alelisa.

Mi seudónimo Alelisa es una aleación entre el nombre de mi papá, Alejandro y el de mi mamá Elisa.

Pasado mañana cumplo 54 años y aquí voy con todas las ganas e ilusión a disfrutar de esta aventura Steemitera.

Debo confesar que aun no comprendo bien como funciona Steemit y quizás estoy cometiendo algunas locuras... perdón por eso.

Les cuento que así comenzó mi historia Steemit.

Escribo de todo desde que era una niñita, poemas, cuentos, historias de vida, relatos cortos. Reflexiones, elucubraciones y hasta alucinaciones.

Hace unos pocos días mi hija Elen me comento de Stemmit:

• Mami, mira, en Steemit puedes publicar tus escritos, compartir con otras personas con tus mismos intereses y ganar dinero a la vez.

Elen me dio una charla rápida que termino con un:

• Ve metiéndote y así vas aprendiendo tu misma como es el maní.

Nada mas crear mi usuario me llevo tres días..., anduve mas perdida que aguja en pajal; pero no me rendí. Luego, me llegaron ese pocotón de llaves o claves.

¡Chanfle!
¿Ahora que hago?

• Pa' lante Maite, dale, dale, sigue avanzando... ¡Tu puedes!

Ya mas o menos voy comprendiendo, ya casi que se como es el uso de las llaves... Aquí voy, aquí sigo.

Todavía me la paso entre la Guía para Recién llegados y las preguntas frecuentes; yendo de aquí para allá y de allá para acá buscando instruirme y adaptarme.

Cuando leí las historias y relatos de varios compañeros, me entusiasme aun mas y salí a la carrera a publicar dos de mis escritos: El Señor de sombrero, una historia de terror y el poema de El Saber es verbo, en mi aspiración desesperada por compartir lo que he escrito.

Aquí estoy lista y feliz para la buena misión de las historias y saberes compartidos.

Esto apenas comienza, mi ganas aumentan en la medida que voy familiarizándome con esta magnifica ventana al mundo, es tan reconfortante como asomarme por la ventana de mi casita para contemplar la niebla mañanera de octubre.

Solo me queda pedirles que me ayuden a aprender cada día mas para que los frutos sean tan abundantes como los de las matas de ciruela de Jesús, mi compañero de luchas y sueños.

Gracias a todas y todos... Vivamos bien y seamos felices!