De lunes a lunes - Semana 10 / La fiesta inolvidable / @yelisusset

Era mi cumpleaños número 22 y yo quería hacer la rumba que no me organizaron a los 15. Mi jefa de aquel entonces me prestó una casa a orillas del río en la población de San Juan de Macarapana, compré bebidas por montón y los ingredientes para un sancocho que hoy día no recuerdo de qué era. Lo preparó mi hermana Eudis.

Alquilé un bus que nos llevó de Cumaná hasta el río y comenzamos a beber y bailar desde muy temprano en la mañana.

Mi invitado más especial: mi novio. Él, que no era nada tímido, llevó a sus amigos y pasó la mañana tomando y tocando porque todos eran músicos. Mi novio era bajista de un grupo musical (bueno, aún es bajista).
Ya mis familiares lo conocían y todos, excepto mi mamá, se llevaban muy bien con él y echaban bromas y reían a carcajadas.

La preparación del sancocho se tardó un poco y los invitados se llenaron con cervezas, muchas cervezas. Mi novio se pasó de tragos y llegó un momento en que noté que daba traspiés. Yo le dije que comiera algo, aunque fuera casabe, que era lo que había a la mano.

Él me aceptó el consejo, pero me dijo que para no seguir tomando iba a bailar. Y de inmediato, se alejó de mí y buscó pareja. Le agarró la mano a mi mamá y quiso llevarla a la pista. Ella lo rechazó e intentó zafarse, pero no lo consiguió. Al parecer la tenía bien aguantada. Entonces trató de alejarse de él, retrocediendo, y perdió el equilibrio. Mi novio intentó impedir que se cayera y le sostuvo las manos, pero ella, irremediablemente, cayó al piso y él le cayó encima pues de tan borracho que estaba no pudo sostenerse en pie.

Yo no vi quién los ayudó a levantarse (eso me lo contaron después) porque arranqué a llorar de inmediato. Mi madre odió más a mi novio desde aquel momento. Al estar de pie dijo que quería irse a casa y ahí mismo acabó la fiesta. Todos le preguntaban dónde se había golpeado pues mi mamá es operada de hernias en la columna. Ella no hablaba. Estaba furiosa. No sufrió ninguna lesión ni un rasguño, pero no quería quedarse ni un minuto más.

Nunca más he celebrado mi cumpleaños. Y a excepción de la fiesta de 15 de mi hija (ese novio es su papá) solo voy a fiestas que otros organizan.